El asado, ropa, cenas y cerveza, las mayores víctimas del ajuste hogareño
Edición Impresa | 15 de Septiembre de 2024 | 05:27

Esteban Pérez Fernández
eperezfernandez@eldia.com
Los bolsillos sufren también el efecto “motosierra” y en mayor o menos medida, las familias debieron restringir gastos, gustos y pequeños lujos para que las cuentas no se desmadren. Así en La Plata como en el resto del país, las “víctimas” de los recortes en los hábitos de los consumidores son, en general, clásicos de la gastronomía y costumbres argentinas como el asado familiar de los domingos, las salidas a cenar, la ropa de temporada, viajes en taxi o remís y hasta el consumo de cervezas artesanales, muy extendido en los últimos años en paladares de todas las edades, pero hoy en franco retroceso por diversas cuestiones, pero una fundamental que recorre a todos los rubros: el precio.
Optar por segundas marcas, productos de calidad pero sin el status de las marcas conocidas, cocina más tradicional y hogareña, vinos de mediana gama, cenas en restaurantes más espaciadas y seleccionadas. Todas estas costumbres son el día a día de los vecinos platense y los consumidores de todo el país. Un estudio que realizó la Consultora Moiguer entre julio y agosto pasados reveló que una amplia mayoría de las familias restringieron algún tipo de “gusto” para ajustar sus cuentas.
Según el estudio, un 67% de los hogares redujo sus gastos habituales, con el ajuste más pronunciado entre los estratos socioeconómicos bajos (77%) y medianos (62%), mientras que los de nivel socioeconómico alto disminuyeron sus gastos un 52%.
El motivo principal detrás de esta reducción de gastos es la dificultad para llegar a fin de mes, que afecta al 76% de los casos. En este contexto, hay una tendencia hacia la baja de gastos menos prioritarios, con un 15% de los encuestados recortando el consumo para protegerse de la incertidumbre económica.
De esta manera, los hogares reconocieron que ajustaron varias costumbres que antes hacían por placer. En concreto, un 74% de los hogares restringió algún gusto personal. Las áreas más afectadas son las reuniones familiares para hacer asado (54%), la compra de ropa (50%) y las salidas a comer afuera (46%). Por su parte, el 60% de los encuestados frenó planes como reformas en el hogar (30%), iniciar un negocio (12%) o mudarse (7%).
El panorama en nuestra Ciudad es similar. Para el chef y emprendedor gastronómico, Diego Cortés, “Hay mucha gente que antes podía consumir en un café o restaurante y ahora no puede hacerlo. El sector que todavía puede acceder a estas salidas mermó en su frecuencia y es muy selectivo. Aprovecha su oportunidad, va a lo seguro, y en esa salida si antes pedía postre ahora no lo pide, si consumía un vino caro ahora pide uno de precio más accesible en restaurantes. Y en lo seguro están funcionando las parrillas por la tradición que tenemos. A diferencia de otros restaurantes en que bajaron los cubiertos, en las parrillas se mantienen o suben, eso tiene que ver con el consumidor selectivo, que lo que tiene lo gasta en algo que no falla. Lo mismo pasa en la cafetería, en donde se mantienen los clientes pero el ticket promedio bajó mucho”.
En el comercio de ropa el panorama recorre el mismo sendero. Valentín Gilitchensky, comerciante platense y directivo de la Federación Empresaria de La Plata (FELP), le dijo a este diario que “En indumentaria, moda, marroquinería y calzado, la gente redujo la compra. Y cambió de primeras marcas a comprar productos de calidad pero de una segunda marca que es similar pero no tiene lo costoso del branding. También los colores de moda de la temporada se reemplazaron por básicos para que puedan usarse más, los colores fuertes son reemplazados por los neutros, como blanco o negro; lo mismo pasa con la ropa, no se juega tanto con colores”, explicó
“Los consumidores buscan precio y calidad y hoy resignan marca por la crisis. Y no compra tanto por impulso sino por necesidad. Por ejemplo, llega el frío y compran una campera abrigada y nada más, cuando antes quizá compraba todo lo de invierno nuevo, hoy usa lo del año pasado. Había gente que tenía otros hábitos de compra y renovaba todo el placard”, agregó.
El asado no sufrió un golpe tan fuerte en la Región, según Mariano Colaianni, que tiene una carnicería en el centro de Los Hornos y cuenta cómo se modificaron los hábitos de consumo de los platenses. “Ahora hay una leve mejora y la gente de a poco empieza a juntarse más para cocinar o compartir un asado. Influye la crisis pero también el clima, porque empezaron los días más lindos y eso ayuda a las ventas”.
“El consumo está estancado. En nuestra carnicería bajamos la misma cantidad de carne desde hace 7 u 8 meses. Pero hay que tener en cuenta que la carne vacuna no aumenta desde hace seis meses, no así el pollo y el cerdo. Hay colegas que se quejan mucho, pero creo que se van a reactivar las ventas porque no hay grandes aumentos. También vendemos cerveza artesanal y cerraron muchas cervecerías y muchos productores, aunque con el calor debería mejorar no solo ese rubro, sino varios”, explicó.
Según el estudio, el 91% de los encuestados redujo o eliminó el uso de transporte privado como taxis o apps; el 86% dejó de comprar golosinas y chocolates; en un 83% bajaron las compras de primeras marcas de alimentos; el 80% también dejó de salir a tomar café o helado y el 74% de los encuestados restringieron sus consumos.
El informe también planteó las nuevas estrategias que están adoptando los consumidores. El 80% opta por comprar marcas más económicas, el 72% dedica al menos una hora semanal a buscar promociones y el 76% experimenta estrés al gestionar sus compras y presupuestos. El 69% de los encuestados afirmó que los ingresos de su hogar están por debajo de la inflación.
El 67% de los hogares redujo sus gastos habituales y cambió sus hábitos de consumo
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