Parkinson: por qué la enfermedad puede comenzar en el intestino
Edición Impresa | 15 de Septiembre de 2024 | 09:25

En las últimas décadas, la conexión entre el intestino y el cerebro ha emergido como un tema crucial en la investigación médica, especialmente en relación con enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson. Esta relación, conocida como el eje intestino-cerebro, revela que el estado del tracto gastrointestinal puede influir profundamente en la salud cerebral. La ciencia ha avanzado significativamente en la comprensión de esta conexión, destacando el papel vital del microbioma intestinal, un ecosistema complejo de bacterias, virus y hongos que reside en nuestro sistema digestivo.
El microbioma intestinal, que se extiende desde la boca hasta el colon, juega un papel crucial en la regulación de la salud general. En el caso del Parkinson, se ha observado que el equilibrio de bacterias en el intestino está alterado. Las investigaciones han revelado que personas con Parkinson tienen una disminución en la cantidad de bacterias beneficiosas como Prevotella y Faecalibacterium, mientras que otras bacterias, como Bifidobacterium, aumentan posiblemente como respuesta al estreñimiento asociado con la enfermedad. Este desequilibrio puede estar vinculado a la presencia de la proteína alfa-sinucleína, que se pliega de manera anormal y forma cúmulos en el cerebro y en el tracto gastrointestinal de los pacientes.
El estreñimiento, que afecta a la mayoría de los pacientes con Parkinson, a menudo precede a los síntomas motores de la enfermedad. La elevación de la zonulina, una proteína que aumenta la permeabilidad intestinal y puede provocar inflamación, también se ha observado en personas con Parkinson. Este fenómeno, conocido como “intestino permeable”, sugiere que la salud intestinal podría influir en la progresión de la enfermedad.
La dieta emerge como una estrategia prometedora para mejorar la salud intestinal y, por ende, la del cerebro. Aumentar el consumo de fibra es clave, ya que la fibra es descompuesta por las bacterias intestinales para producir ácidos grasos beneficiosos como el butirato. Estos ácidos refuerzan la barrera mucosa del intestino y pueden proteger la función cerebral. Una dieta rica en frutas, verduras y alimentos integrales, como la dieta mediterránea, ha mostrado beneficios en la salud intestinal y podría ayudar a aliviar los síntomas del Parkinson.
Hacer dieta es una estrategia para mejorar la salud intestinal y la del cerebro
El enfoque dietético no solo busca mejorar la diversidad del microbioma intestinal, sino también considerar la influencia de factores como el uso de antibióticos y el estrés en la salud intestinal. Mientras los investigadores continúan explorando el potencial de probióticos, prebióticos y sinbióticos, la ciencia avanza hacia un modelo más personalizado de nutrición, utilizando herramientas como la inteligencia artificial para adaptar las estrategias dietéticas a las necesidades individuales.
La investigación en este campo está en expansión, y el futuro podría traer nuevas formas de intervención dietética que mejoren significativamente la calidad de vida de las personas con Parkinson. La conexión intestino-cerebro nos enseña que un enfoque integral para la salud, que incluya una dieta adecuada, podría ser fundamental en la lucha contra enfermedades neurodegenerativas.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE