Fuega, pizzería valiente

Por CECILIA FAMA

“Definiría a Fuega como una pizzería que hace las cosas con pasión (de ahí la relación con el fuego), pero también con honestidad. Pasión porque damos lo mejor de nosotros día a día para ofrecer un buen producto, porque tenemos vocación de hacer cosas ricas con productos nobles, hechos por productores que aman su oficio como nosotros amamos al nuestro, porque siempre estamos buscando mejorar. Honestos porque los que estamos detrás del mostrador queremos y cuidamos a nuestros clientes, porque elaboramos a la vista, nuestra cocina es abierta y sin secretos, somos sinceros. No nos gusta vender algo que no somos o que no nos representa, por eso nuestras pizzas son la expresión de nuestra forma de ser: simples pero potentes”. El que habla es Francisco Barrio, creador de este proyecto nacido en City Bell hace dos años y que ya cuenta con dos locales. El nuevo, de La Plata, está en la céntrica esquina de 5 y 57.

Lo entrevistamos para que nos cuente sobre su propia pizzería, un sueño cumplido, luego de trabajar en varios restaurantes y panaderías de nuestra ciudad.

Francisco tiene 26 años. Estudió gastronomía y se define como “cocinero de alma desde que tengo memoria”.

¿Cuáles son las características de la pizza de FUEGA?

Hacemos una pizza que podríamos catalogar como la fusión entre una masa estilo napoletana (bien finita y con los bordes aireados, muy sabrosa y fácil de digerir) con los toppings y las cantidades que le gustan al paladar argentino. A su vez, el rasgo distintivo de nuestra pizza es que se hornean en un horno a leña, que sin dudas le da un sabor único.

¿Qué balance hacés hoy sobre el proyecto, a dos años de su creación?

Hoy dos años después de nuestra primera apertura en City Bell, estamos felices de anunciar la apertura de nuestro segundo local, esta vez en 5 y 57, La Plata.

¿Qué otros productos ofrecen?

Además de pizzas ofrecemos empanadas. Son muy ricas también y por supuesto con ingredientes de calidad.

¿Cuáles son las variedades de pizza preferidas del público de Fuega?

Tenemos sabores clásicos y más jugados. Desde una clásica Especial (jamón y morrones), pasando por una Margherita, hasta una de hongos y queso azul. Hay para todos los gustos, pero siempre manteniendo nuestro norte, que es que los ingredientes sean frescos y de calidad.

Los sabores que más elige la gente son varios: la Margherita (salsa de tomate, muzzarella, ajo, albahaca y aceite de oliva) siempre sale, la de panceta ahumada y hongos también. Y hay otra que a la gente le encanta es la Fugazzeta rellena, que se inspira en la clásica fugazzeta rellena porteña, con mucha muzzarella, mucha cebolla y jamón cocido. Una bomba. Ahora estamos sumando sabores nuevos, porque nos gusta innovar y desafiarnos todo el tiempo.

¿Quiénes forman parte del proyecto?

Fuega es netamente un proyecto familiar. Arranqué yo plantando bandera, pero actualmente trabajo con mi tía que es parte fundamental de todo esto. Hacemos todo nosotros, desde pintar una pared hasta hornear las pizzas. Nos encanta estar y somos detallistas. Hace poquito sumamos a una prima al equipo.

Todos los que estamos nos manejamos como equipo pero también como familia. La verdad me enorgullece liderar un equipo con gente tan apasionada y noble.

¿Cómo definirías a Fuega?

Antes que nada, es un sueño cumplido de poder emprender en mi país.

Por otro lado, creo que es una pizzería que hace las cosas con pasión (de ahí la relación con el fuego), pero también con honestidad.

Pasión porque damos lo mejor de nosotros día a día para ofrecer un buen producto, porque tenemos vocación de hacer cosas ricas con productos nobles, hechos por productores que aman su oficio como nosotros amamos al nuestro, porque siempre estamos buscando mejorar.

Honestos porque los que estamos detrás del mostrador queremos y cuidamos a nuestros clientes, porque elaboramos a la vista, nuestra cocina es abierta y sin secretos, somos sinceros. No nos gusta vender algo que no somos o que no nos representa, por eso nuestras pizzas son la expresión de nuestra forma de ser: simples pero potentes.