La necesidad de despejar de intrusos las vías e instalaciones ferroviarias

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Fue un paso pequeño, pero un paso al fin. Se habla aquí del comienzo del traslado de algunas familias que estaban viviendo en un asentamiento instalado a la vera de las vías ferroviarias que corren por 122 y 52, en el límite del paseo del Bosque para concretar así su posterior relocalización en una zona de Ringuelet.

Tal como se informó, el traslado se da en el marco de un trabajo articulado entre el gobierno bonaerense, los municipios de Ensenada y La Plata, la empresa Puertos La Plata, las familias del barrio Las Vías, la mesa de organizaciones barriales del Barrio Nuevo, la agrupación estudiantil La Jauretche y la secretaría de Extensión de la Facultad de Humanidades de la UNLP.

De acuerdo a los detalles ofrecidos el traslado se hará de un modo escalonado, por sectores y grupos de familias, de acuerdo a lo consensuado con cada núcleo familiar y con las autoridades del Puerto que tienen a cargo el mantenimiento y control de la vía.

Más allá de los alcances de este hecho puntual, que incluye trascendentes connotaciones sociales, lo que también debe valorarse es la necesidad de recuperar en forma integral los espacios pertenecientes a los ferrocarriles argentinos, con muchos de sus ramales desactivados ocupados ilegalmente por asentamientos habitacionales precarios.

El caso más cercano y conflictivo se presenta en el antiguo ramal La Plata-Brandsen, cuyas estaciones y las propias vías se encuentran intrusadas por distintos tipos de asentamientos habitacionales. Las zonas más complicadas son las de Hernández, Melchor Romero y Abasto, según indicaciones formuladas reiteradamente por la Junta Vecinal de Brandsen que hace años reclama la recuperación del servicio ferroviario hasta nuestra ciudad.

Se sabe que los concejos deliberantes de ambas ciudades, con el apoyo de numerosas entidades representativas, vinieron avanzando en los últimos tiempos en la reactivación del ramal que unía a ambas ciudades, habiéndose obtenido, incluso, el aval de importantes dependencias nacionales que mostraron su interés por la recuperación de ese servicio.

Hace siete años este diario informó acerca de un trabajo realizado sobre el ramal por la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata que analizó la posibilidad de ponerlo otra vez en marcha, considerándose como prioritario despejarlo de este tipo de intrusiones emplazadas en su trazado. En el caso de Brandsen, la junta de vecinos brega desde agosto de 2013 para reabrir ese ramal de 39 kilómetros, desde Ringuelet a aquella ciudad.

Sin embargo, tanto en este caso como en el del Ferrocarril Provincial de Meridiano V, que enlazaba a nuestra ciudad con numerosas y cercanas localidades, las continuas usurpaciones plantean un insólito obstáculo, que se visibiliza en algunas de las estaciones y en las vías con sucesivos asentamientos.

En el caso de que el país retome en alguna ocasión una debida conciencia acerca del valor económico, estratégico y urbanístico que posee el servicio ferroviario -una realidad que se impone en muchos de los países del mundo- es preciso que al menos se inicien estos programas de relocalización de personas que en la actualidad ocupan las estaciones y vías.

 

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