El rol de los medicamentos, el descanso y el entorno en la longevidad

En las últimas décadas, el número de personas que logran llegar a los 100 años ha aumentado considerablemente. Según datos recientes, el número de centenarios en el mundo pasó de 151.000 en el año 2000 a 573.000 en 2021. Investigaciones han demostrado que, aunque la genética juega un papel importante, más del 60% del envejecimiento exitoso está vinculado a factores modificables como la alimentación, la actividad física y el entorno.

Uno de los hábitos es consumir una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas de origen vegetal, similar a la famosa dieta mediterránea. Además, tienden a evitar el exceso de sal. También se destaca que no dependen tanto de los medicamentos como el resto de la población, ya que suelen desarrollar enfermedades crónicas mucho más tarde en la vida.

Algunos hábitos pueden servir para llegar a adultos con buena salud

Otro factor clave es la calidad del sueño. Dormir bien, entre siete y ocho horas por noche, está asociado con un sistema inmunológico más fuerte y un menor riesgo de enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes. La mayoría de los centenarios reportan estar satisfechos con la calidad de su sueño, lo que sugiere que este aspecto tiene un impacto significativo en su longevidad. Mantener una rutina regular, un ambiente adecuado para el descanso y controlar el estrés son consejos esenciales para mejorar el descanso.

El entorno en el que viven también juega un papel crucial. Un alto porcentaje de centenarios reside en zonas rurales, donde la conexión con la naturaleza y el acceso a espacios verdes se asocian con una mejor salud mental y física.