Internas en una UCR atomizada en la que urge una reconfiguración
Edición Impresa | 23 de Septiembre de 2024 | 01:55

Hace tiempo que la Unión Cívica Radical (UCR) anda huérfana de líderes y se atomiza en figuras que no hacen más que profundizar esa crisis de identidad que, como el peronismo, viene arrastrando el centenario partido. Acaso mucho haya tenido que ver en esto el golpe que significó para la política tradicional la llegada al poder de Javier Milei, una figura que motoriza divisiones en el Congreso y que en parte explica la última interna radical: esa en la que un grupo de diputados de la UCR cambió su voto para respaldar el veto presidencial a la ley de movilidad jubilatoria y se expuso al rechazo de quienes, dentro del propio partido, se oponen a Milei. Sin un líder claro, y obligado a reconfigurarse, los radicales parecen dividirse hoy entre aquellos que prefieren cultivar una oposición dura al Gobierno (como el caso de Martín Lousteau) y otros que se inclinan por mantener una cierta sintonía con la Casa Rosada, como Rodrigo De Loredo. Aunque ninguno pueda arrogarse hoy la legitimidad del liderazgo.
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