Delincuentes armados atacaron a un jubilado

Los jubilados platenses siguen estando en la mira de delincuentes. Ya sea a través de asaltos, de escruches o a través de la modalidad conocida en la jerga policial como “cuento del tío”.

En algunos casos, los ladrones se presentan en domicilios de adultos mayores al contar con un dato certero sobre la cantidad de dinero que podrán encontrar.

Pero también suele darse que los maleantes hagan inteligencia previa, para conocer los movimientos del o la jubilada, aunque en ocasiones los asaltos son “al voleo”.

Nadie puede por el momento establecer cuál de estas posibilidades es la que ahora tuvo su correlato con el angustiante asalto sufrido, a temprana hora de la mañana de ayer, por un jubilado de 95 años en su casa de Ringuelet.

El atraco se produjo en calle 517 entre 5 bis y 6, donde una banda delictiva irrumpió “entre las 5 y media y las 6 de la mañana”, de acuerdo a lo que indicaron vecinos de la cuadra.

Los testimonios fueron coincidentes, en cambio, en mencionar que el robo al jubilado sobrevino luego que se retirara de ese domicilio la mujer que se encarga de su cuidado.

También en cuanto a que el damnificado “se hallaba durmiendo”, hasta que los intrusos se encargaron de cortarle abruptamente su descanso. Y para hacerle padecer un momento de mucha tensión.

“LE VACIARON LA CASA”

Una vecina sostuvo que al dueño de casa “lo despertaron los delincuentes”.

“Para colmo, lo hicieron apuntándole con un arma de fuego en la cabeza. Pasó un susto terrible y en una edad avanzada en la que no puede pasar por estos disgustos”, agregó.

Otra mujer del barrio, sin ocultar su fastidio, lamentó que “estos cobardes, que se creen guapos actuando en patota y con un hombre de 95 años, además de robarle lo amenazaron con un revólver”.

“NO DESCARTAMOS NI UNA PISTA”

Por su parte, una calificada fuente policial puso énfasis ante este diario en señalar que “no descartamos ni una pista sobre este asalto al jubilado, al que le sustrajeron dinero en efectivo (no reveló el monto), un celular y otras pertenencias”.

Sucede que vecinos del lugar consignaron que “el hijo aseguró que no le pegaron a su padre, pero no quiso brindar los detalles sobre lo ocurrido, para tratar de resguardarlo. Además, el barrio es bastante `picantito´ y el miedo acá es evidente”.

Es más: en la cuadra del asalto hubo quien consideró que podría haberse tratado de “una represalia por otra situación familiar en la que habría estado involucrado un hijo”.

Para el investigador policial, a su vez, no pasó desapercibido que el robo ocurrió “justo enseguida que se fue la cuidadora”. La banda sigue prófuga.