No sufras por el camino que te tocó

Edición Impresa

Por CARINA

No me da vergüenza tener un hermano discapacitado desde hace 53 años. No me da vergüenza tener un hijo discapacitado desde hace 12 años.

Perdón pero no entiendo a la gente que habla de “mogólicos” ni los que no sacan el Certificado único de Discapacidad para que “no los encasillen” en la discapacidad. Cuando mi hermano era chico, mis padres desde su ignorancia (y no por maldad) se escondieron por vergüenza a que lo vean diferente ¡y si es diferente!”. Le inculcaron el “vos no podes” seguramente en esa época inculcada también por los médicos y hoy, él dice yo no puedo. Estoy feliz y agradezco a la gente que no esconde nada.

Con el tiempo aprendí a ser curadora de mi hermano y de mi hijo. Recorrí hospitales, hice trámites varios en los juzgados y vuelvo a agradecer que he podido ayudar.

He aquí mi reflexión: pedí ayuda, pedime ayuda. No sufras por el camino que te tocó. Se que a veces es difícil asumirlo pero no estás solo/a.

 

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