Librerías de La Plata, contra la crisis: clubes, “reels” y presentaciones

En un contexto de retracción del consumo, libreros de la Ciudad relataron las peripecias para mejorar las ventas: encuentros literarios, difusión por redes sociales y nuevas tareas

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El dólar cruzó la barrera de los $1.500 y rompió un nuevo récord. El índice de morosidad en las familias argentinas trepa cada vez más a números alarmantes. En septiembre, el consumo retrocedió un 6,3 intermensual y un 7,9 en comparación al mismo periodo de 2024, un año que ya de por sí, fue malo.

Mientras -según estadísticas oficiales- el país atraviesa una crisis económica severa cuyos motores comerciales no repuntan, las librerías continúan -a los tumbos- abiertas.

A través de clubes de lectura, presentaciones de libros nuevos, y vendedores reconvertidos en “communities managers”, las librerías de la Ciudad despliegan diferentes incentivos y actividades para levantar las ventas y atraer a los clientes. A ello le suman lo de siempre: la tarea de recomendar libros, sostener una clientela fiel y alentar el boca en boca.

A principio del 2025 y a través del informe elaborado por la Cámara Argentina del Libro junto al Núcleo de Innovación Social (sociólogos bonaerenses), se registró que el 68% de las librerías consultadas habían exhibido caídas interanuales.

Ana Borean, dueña de una librería de City Bell (calle 13C entre 473 bis y 473), expresó en diálogo con EL DIA: “Esperanza tenemos un montón, pero lo que se viene viendo es que durante el último semestre cayó bastante la venta. Inclusive, el Día de la Madre respecto al del año pasado”.

Según agregó, “2024 fue el año que más bajó con respecto a años anteriores. Las ventas cayeron aproximadamente un 25 por ciento. Este año, sólo algunos meses alcanzamos la medida del año pasado”.

En pocas palabras, este año, la caja apenas empareja la del 2024, que a su vez mostraron números negativos con periodos previos. “Hay meses que las ventas ni siquiera llegan a esos valores. Ni siquiera comparándonos con lo malo”, analizó Borean.

Santiago Aranciaga es librero en un histórico comercio ubicado en calle 7 entre 55 y 56. A pesar de que trabaja en la librería hace poco, advirtió en diálogo con este diario: “En el 2024 hubo una suba muy marcada en el precio del libro. No fue gradual, fue de golpe. Durante este año, el precio se mantuvo”, detalló.

Ambos libreros coincidieron en que libro promedio puede valer $35.000, oscilando entre $29.000 y $49.900.

Alentar el consumo

En librerías de la Ciudad, en función de atraer lectores, además de presentaciones y charlas, realizan encuentros literarios acompañados de café, cata de vinos o hasta degustaciones de whisky.

En este sentido, Aranciaga señaló: “Tenemos clubes de lectura presenciales y mensuales. Tenemos grupos de 40 personas en el de adulto y mas de 20 en el juvenil. Lo que hacemos es elegir un libro y nos juntamos después a charlarlo”.

Por su parte, Borean enumeró: “Presentaciones de libros, participar en ferias, ir a colegios o acercar escritores, son algunas de las tareas que llevamos a cabo”.

Estar alerta a lo que circula en redes sociales es una tarea -entre otras- que comenzó a ser habitual en libreros locales: “Cuando entran un grupo de chicas adolescentes a la librería, comienzan a buscar y de golpe encuentran el libro que vieron en Tik Tok, empiezan a gritar, se entusiasman. Eso es maravilloso”, relató Ana Borean. “Siempre estamos haciendo actividades para remarla y hacer más ventas”, agregó.

En tanto, el empleado de la librería de calle 7, advirtió en relación a las redes sociales: “Estamos muy pendientes de la foto. De si el ‘reel’ es largo, de cuántas visualizaciones tuvo. Tenés que atender, grabar, sacar fotos. Hay mucha gente que ve una publicación en redes, pregunta el precio y después viene a comprar. Es como un gran catálogo que antes no existía”.

Ambos manifestaron expectativa a la “Noche de las librerías platenses”, que plantea “actividades, descuentos, sorteos y más”, dijo Borean.

Lectura electrónica

En cuanto al uso del “e-book” -y al desafío que presenta para la lectura en papel- Aranciaga expresó: “Es un aporte porque hay chicos que están todo el día con las pantallas. Al principio, parece barato pero no. Además, la piratería es difícil de controlar con el kindle”.

Borean, en tanto, analizó: “Hay muchos clientes que venían mas a menudo a la librería. Ahora solo buscan algo específico. Igual, siempre vuelven. El libro es otra cosa: el tacto, el olor, una experiencia”.

 

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