José María Paz: el General que contó la Revolución
Edición Impresa | 5 de Octubre de 2025 | 04:33

En estos días que inicialmente, cinco gobernadores -en apariencia liderados por Juan Schiaretti-, y el nombre que eligieron para la nueva agrupación, Provincias Unidas, hacen recordar que así se denominó en un principio lo que luego sería Argentina.
En ese periodo un cordobés, el general José María Paz, tuvo un papel protagónico y llegó a liderar las provincias de San Luis, La Rioja Catamarca, Mendoza, San Juan, Tucumán, Salta y Santiago del Estero.
Con las provincias bajo su ala, enfrentaron a Rosas -a pesar de que fue considerado el más federalista de los unitarios, la contradicción es aun mayor porque Rosas en realidad fue el más unitario de los federalistas-.
Un extenso artículo del historiador y politólogo Natalio Botana, rescató la personalidad de Paz como no se ha hecho hasta el presente.
Cuando José María Paz nació en Córdoba, en 1791, el Virreinato del Río de la Plata todavía respondía a la corona española. Para cuando murió, en 1854, el mapa político era otro: las Provincias Unidas habían atravesado la independencia, guerras civiles y el surgimiento de caudillos que marcarían el pulso del país por décadas.
Militar de carrera, estratega meticuloso y hombre de pocas efusiones, Paz participó en ese torbellino de hechos siendo a su vez un escritor de primer orden. Sus “Memorias” son, quizá, el testimonio más lúcido y elegante que tenemos de aquellas guerras y de la revolución que las hizo posibles”.
Como señala el historiador Natalio Botana, el general comenzó a escribir en circunstancias adversas: prisionero de los federales, con tiempo y silencio forzoso.
Luego continuó en el exilio. Ese encierro, lejos de nublar su juicio, le dio una perspectiva singular. “Su prosa es de una sobriedad sorprendente. Paz evita la épica y narra con una calma que revela tanto dolor contenido como una férrea voluntad de entender lo vivido”. En esas páginas, el cordobés no busca sólo recordar: selecciona, argumenta y, en cierto modo, se defiende.
SU CAMINO
El propio recorrido de Paz parece una novela de aventuras.
De joven se unió al ejército de Manuel Belgrano y combatió en el Alto Perú.
Fue protagonista de la decisiva victoria de Ituzaingó en 1827, contra el Imperio del Brasil.
Más tarde, en plena guerra civil, lideró el Ejército del Norte, luchó contra caudillos como Facundo Quiroga y terminó capturado. En sus “Memorias” reconstruyó cada episodio con precisión casi matemática, describiendo marchas, tácticas y diálogos, pero también dejando traslucir su mirada política.
Para Paz, la revolución que derribó el viejo orden colonial no trajo la república ilustrada que él imaginaba.
Según el historiados y especialista Botana, el general vio “cómo el impulso emancipador degeneraba en una guerra social: campo contra ciudad, plebe contra élite, provincias contra capital”, analizó.
En sus escritos, las montoneras y el “entrevero” son más que anécdotas militares: simbolizan el peligro de un desorden que, a su juicio, amenazaba con devorar la libertad conquistada.
Tampoco ahorró críticas a sus propios aliados unitarios. De Lavalle a Lamadrid, Paz señaló la indisciplina y el personalismo que, para él, minaban la autoridad legítima. Veía en los caudillos —federales o unitarios— una traición de clase: miembros de la élite que, al confundir jerarquías y mezclarse con la plebe, abrían la puerta al caos. En palabras de Botana, “Paz fue testigo del ocaso de un estamento que se pensaba superior. Sus memorias registran esa conciencia de pérdida, el final de un mundo aristocrático que no supo adaptarse”.
LA TENSIÓN Y SU MIRADA
El valor de este testimonio no está sólo en los datos militares. Paz ofreció, sin proponérselo, un diagnóstico temprano de las tensiones que aún marcan a la Argentina: la disputa entre centro y periferia, la dificultad de sostener instituciones estables, la distancia entre ideales de orden y realidades populares. Con un estilo sobrio, casi sin adornos, su relato transmite la sensación de una revolución inconclusa, siempre a punto de estallar.
“Él escribe para que su experiencia no se pierda, pero también para advertirnos de los peligros de la violencia política, de la libertad que se convierte en anarquía”, concluyó Botana.
En tiempos de disputas intensas, las palabras del general cordobés –y la lectura que hace de ellas uno de los más destacados historiadores argentinos– invitan a mirar el pasado no como un museo de gestas heroicas, sino como una escuela de dudas y aprendizajes.
A 170 años de su muerte, José María Paz sigue dialogando con el presente.
Soldado, estratega y escritor, supo que la batalla más duradera no se libra en los campos, sino en la memoria de un país que todavía busca cómo contar su propia revolución.
El General señaló la indisciplina y el personalismo que, para él, minaban la autoridad legítima
A Paz, el encierro, lejos de nublar su juicio, le dio una perspectiva singular: su prosa
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