Alertan que derogar la prohibición de vapeadores sería un grave retroceso
Edición Impresa | 13 de Noviembre de 2025 | 01:32
Las principales sociedades médicas argentinas expresaron en las últimas horas una profunda preocupación frente al creciente lobby que busca derogar las normas que prohíben los cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado en el país.
La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la Asociación Argentina de Tabacología (ASAT), la Fundación Interamericana del Corazón (FIC Argentina), la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (Fundeps) y otras entidades hicieron público un documento en el que advierten que legalizar los vapeadores representaría “un serio riesgo para la salud pública, especialmente de los jóvenes”.
Como vienen alertando organizaciones civiles, en los últimos meses sectores ligados a la industria tabacalera y asociaciones de usuarios de vapeadores intensificaron sus presiones sobre funcionarios y legisladores a fin de instalar la idea de que estos productos serían una alternativa “de menor daño” frente al cigarrillo tradicional.
Campañas en redes sociales, notas de opinión y reuniones informales con decisores políticos formarían parte de una estrategia comunicacional que, según los especialistas, busca instalar un discurso que desinforme y debilite las políticas de control del tabaco.
Frente a esto las sociedades médicas reaccionaron señalando que no existe evidencia científica independiente que demuestre que los cigarrillos electrónicos sean seguros o reduzcan los riesgos en comparación con el tabaco convencional.
Por el contrario, estudios recientes muestran que el vapeo se asocia con enfermedades cardiovasculares, respiratorias y metabólicas similares a las que produce el cigarrillo tradicional. Además, alertan que el uso dual —combinar vapeo con tabaco— potencia los daños.
Uno de los aspectos que más preocupa es el impacto sobre adolescentes. Según FIC Argentina, el 8,9 % de los jóvenes entre 13 y 18 años ya utiliza cigarrillos electrónicos, y casi el 40 % de los porteños declaró haber probado alguna vez un producto con nicotina. Estos dispositivos, con sabores atractivos y fuerte presencia en redes, actúan como puerta de entrada a la adicción.
En este escenario las entidades enfatizaron el hecho de que en Argentina la comercialización, importación y publicidad de vapeadores están prohibidas por una disposición de la ANMAT y una resolución del Ministerio de Salud, medidas adoptadas bajo el principio precautorio.
“Levantar esas restricciones sería abrir la puerta a una nueva generación de consumidores de nicotina”, sostienen las sociedades , que instan a las autoridades a “mantener y reforzar” el marco legal vigente, fortalecer la fiscalización sobre la venta ilegal y sancionar la publicidad encubierta.
“La verdadera reducción de daños no la define el mercado —concluyen—, sino las políticas públicas guiadas por la evidencia científica y la protección de la salud”.
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