Mauricio Macri insiste e insiste con China y le baja el precio a EE UU
| 21 de Noviembre de 2025 | 14:47
Mauricio Macri volvió a marcar diferencias con la política exterior del gobierno de Javier Milei y puso en primer plano la idea que sostiene desde hace más de tres décadas: la necesidad de que Argentina mantenga una relación estratégica y estable con China. Para el expresidente, el vínculo bilateral es clave para el desarrollo económico del país y no puede quedar supeditado a presiones externas.
De empresario a presidente
En una extensa entrevista que brindó a Seúl, Macri retomó un argumento que atraviesa su historia personal y política. Recordó que su acercamiento a China no surgió en su etapa como mandatario, sino mucho antes, cuando todavía era empresario y acompañaba los negocios de SOCMA y del grupo liderado por su padre, Franco Macri.
A fines de los años ‘80, Franco Macri se convirtió en uno de los primeros empresarios argentinos en explorar el mercado chino con una mirada de largo plazo. En 1989, encabezó misiones comerciales y abrió oportunidades para exportaciones e inversiones que, con el tiempo, se multiplicaron. Según Mauricio, esa visión pionera marcó el rumbo de la relación entre ambos países y contribuyó a que la Argentina, décadas después, consolidara a China como uno de sus principales socios.
Durante la entrevista, el expresidente destacó esa influencia familiar. “Mi papá tuvo una intuición extraordinaria. Él vio las oportunidades en China cuando casi nadie las veía. Desde entonces entendí que ese vínculo era estratégico”, afirmó.
"China es más complementaria"
Bajo esa misma lógica, Macri insistió en que China ocupa un lugar insustituible para la economía argentina. “China necesita nuestras materias primas y nuestros alimentos. Estados Unidos produce todo eso. China es más complementaria con nuestro perfil productivo”, señaló.
Además, advirtió que frenar o debilitar la relación significaría “interrumpir un proceso que lleva décadas” y que resulta central para sectores exportadores como la carne, la soja, los arándanos y la cereza, productos cuyo crecimiento reciente está estrechamente ligado a la demanda china.
Macri también recordó que durante su Presidencia debió afrontar presiones de Estados Unidos para limitar la presencia china en la región. Sin embargo, aseguró que mantuvo una posición firme.
“Tuve la presión de Obama y de Trump; Obama con sus buenas maneras y Trump a lo Trump. Pero yo dije: somos mejores amigos, pero la relación con China la mantengo”, relató.
La frase, además de reforzar su postura, deja en evidencia una tensión histórica que volvió a tomar protagonismo durante el gobierno de Milei: la disputa de influencia entre Estados Unidos y China en América Latina.
Críticas a la política exterior de Milei
Macri volvió a marcar distancia de la alineación automática de Milei con Estados Unidos e Israel. Señaló que Argentina necesita diversificar sus alianzas internacionales y no depender exclusivamente de una agenda geopolítica impulsada por Washington.
Su comentario hizo referencia directa a la decisión del Gobierno de paralizar el proyecto del China Argentina Radio Telescopio (CART) en San Juan, una iniciativa científica de alto impacto que involucra al CONICET, la Universidad Nacional de San Juan y la Academia China de Ciencias. La obra estaba avanzada entre un 60% y un 90% según las partes, pero quedó frenada por indicaciones políticas en sintonía con las prioridades de la administración Trump.
Para Macri, decisiones de ese tipo perjudican al país en el largo plazo. “Necesitamos tener buenas relaciones con más países que Estados Unidos e Israel”, insistió.
En paralelo, desde Estados Unidos surgieron señales explícitas de respaldo a la estrategia de Milei. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, elogió al mandatario en Fox News y remarcó que “está comprometido con sacar a China de la Argentina”.
Aseguró además que la Casa Blanca considera al país un aliado clave y que acompañará las reformas del Gobierno.
El acuerdo comercial con EE UU
En ese contexto, la Casa Blanca anunció un acuerdo comercial marco con Argentina que abarca áreas como aranceles, barreras no arancelarias, propiedad intelectual, comercio digital, acceso agrícola y normas ambientales y laborales.
Aunque el Gobierno argentino lo celebra como un avance estratégico, la discusión sobre su impacto se cruza inevitablemente con el debate que plantea Macri: ¿puede la Argentina profundizar su alianza con Estados Unidos sin deteriorar su histórica relación con China?
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