Pastoreo rotativo: sus ventajas productivas y económicas en la región

El investigador Carlos Torres Carbonell expuso los principales beneficios del sistema, que mejora la eficiencia forrajera, la carga animal y las condiciones laborales del personal rural 

El pastoreo rotativo vuelve a posicionarse como una herramienta central para mejorar la eficiencia en los sistemas ganaderos, con resultados que superan ampliamente a los obtenidos bajo esquemas de pastoreo continuo. Así lo explicó el Dr. Carlos Torres Carbonell, investigador de la UNS-Conicet y del INTA Bordenave, quien analizó el tema junto a los especialistas en agronomía Miguel Ángel Adúriz y Rodrigo Bravo.

 

Según Torres Carbonell, este manejo “permite aumentar la eficiencia del uso del forraje, mejorar la condición del suelo y sostener una mayor carga animal logrando beneficios productivos, económicos y ambientales”. El sistema se organiza en base a potreros divididos y descansos planificados que favorecen la recuperación de las pasturas.

 

Entre las ventajas más destacadas frente al pastoreo continuo aparecen una mayor producción de pasto, mejor aprovechamiento del forraje, recuperación del suelo, incremento de la carga animal, mejor condición corporal del rodeo, control más eficiente de parásitos y una reducción de la erosión y la compactación. “No son pocos los estudios que muestran que los sistemas de pastoreo rotativo ofrecen ventajas claras en el aprovechamiento del forraje”, señaló el investigador.

 

Torres Carbonell recordó que los trabajos comparativos muestran un aumento promedio de la cosecha de biomasa del 40 al 90 %. “Esto se explica por el incremento de producción forrajera y la disminución en las pérdidas de forraje por el pisoteo de los animales, que contribuye a una mayor eficiencia y flexibilidad del manejo, el aumento de carga animal y la mejora de los indicadores productivos en conjunto”, afirmó.

 

El investigador también subrayó el impacto del sistema en el trabajo diario. “El pastoreo rotativo también mejora la calidad de vida y eficiencia laboral del trabajador rural”, dijo. A diferencia del pastoreo continuo, consideró que la previsibilidad reduce urgencias y estrés, además de disminuir el esfuerzo físico gracias a traslados planificados y menos frecuentes. “Los traslados de animales son planificados y menos frecuentes, lo que disminuye la fatiga y la exposición al barro, días de lluvia, viento y demás, mejorando seguridad y movilidad”, explicó. Añadió que el control visual del rodeo, la organización sanitaria y el uso de alambrados móviles permiten automatizar tareas y reducir la carga manual.

 

“Menor esfuerzo, mejores condiciones laborales y mayor productividad hacen de esta herramienta una estrategia integral beneficiosa para trabajadores y establecimientos”, aseguró. Según señaló, incluso puede mejorar premios extrasalariales vinculados con la eficiencia productiva.

 

El análisis económico muestra diferencias contundentes entre pastoreo rotativo y continuo. Los investigadores compararon el costo de recursos anuales y perennes: mientras un verdeo de avena representa una inversión de 140 dólares por hectárea, una pastura perenne de agropiro —con una vida útil de 15 años— reduce el costo anual a 10,7 dólares por hectárea, pese a su implantación inicial de 160 dólares por hectárea. “Este primer aspecto es fundamentalmente importante porque repercute de manera positiva sobre el diseño de un sistema de cría, ya que disminuye el costo de la ración en un 92 %”, agregó Torres Carbonell.

 

En términos de cosecha de raciones, el pastoreo continuo alcanza solo un 40 % de la oferta (108 raciones), mientras que el rotativo puede llegar al 90 % (243 raciones). Este rendimiento habilita a más que duplicar la carga animal, pasando de 0,30 a 0,67 EV/ha. El impacto se traduce en un incremento del 125 % en la producción potencial de terneros —de 15 a 34 kilos por hectárea por año— y un aumento del ingreso bruto de 52 a 118 dólares por hectárea. “Estos resultados reflejan la mayor eficiencia económica y productiva proyectada que se logra al reorganizar el manejo del pastoreo y optimizar el uso del recurso forrajero”, sostuvo. El investigador señaló que estos hallazgos coinciden con estudios previos en sistemas semiáridos.

 

La implementación del sistema exige una planificación precisa de infraestructura. Un ejemplo aplicado a un potrero de 50 hectáreas toma como base un callejón central de 1.000 metros para acceder a las parcelas laterales, subdivididas mediante franjas móviles de hilo electroplástico. El punto de agua se ubica en ese callejón, facilitando el acceso del rodeo. La inversión inicial requerida es de 1.687 dólares —33,7 dólares por hectárea—, destinada principalmente al alambrado semifijo. “Uno de los aspectos más valorados por los productores, además de organizar la operatividad de esta tecnología, es la rapidez con la que se recupera la inversión inicial”, señaló.

 

“El paso de un esquema continuo a uno rotativo genera un diferencial económico de 66 dólares por hectárea al año, gracias a un mejor aprovechamiento del forraje y un incremento potencial notable en la producción de carne”, explicó. En un potrero de 50 hectáreas, esto representa un ingreso adicional anual de 3.300 dólares. “Con esa cifra, la inversión del diseño expuesto, estimada en apenas 1.687 dólares, se recupera con el diferencial generado en 26 hectáreas solo en el primer año”, indicó. Desde ese momento, agregó, los beneficios pasan directamente a aumentar la rentabilidad del establecimiento. También destacó que se trata de una inversión accesible incluso para productores medianos y pequeños.

 

Los resultados fueron presentados durante una jornada ganadera en la Chacra Experimental Napostá, organizada por el Departamento de Agronomía de la Universidad Nacional del Sur y el Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense. Más de 80 productores y profesionales participaron del encuentro, donde se analizaron los efectos productivos y económicos del sistema.

 

La actividad permitió confirmar el interés creciente en esta técnica. Productores que aún no la implementan manifestaron su intención de adoptarla, mientras que quienes ya la utilizan compartieron experiencias que respaldan los datos. La combinación de mayor producción de carne, reducción de costos, mejor conservación del suelo y beneficios laborales consolida al pastoreo rotativo como una herramienta integral para enfrentar los desafíos de rentabilidad y variabilidad climática.

 

No obstante, los especialistas señalaron que para su adopción masiva será necesario fortalecer la capacitación técnica y el acompañamiento profesional, a fin de garantizar un manejo pastoril eficiente y sostenible en la región.

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