Verdura que vuelve y se tira: la caída del consumo pega en las quintas
Edición Impresa | 28 de Noviembre de 2025 | 02:02
La crisis en el consumo golpea con fuerza al cordón frutihortícola platense, donde los productores aseguran que atraviesan uno de los escenarios más críticos de los últimos años. A pesar de que la producción continúa, el precio de la fruta y la verdura se desplomó y no alcanzan para cubrir los costos mínimos, lo que genera preocupación por el futuro de la actividad.
“Se está tirando mucha mercadería”, sostuvo el dirigente rural Salvador Vides, quien plantea un escenario sombrió con respecto a la próxima temporada en las quintas.
Según los productores, el problema no es la sobreproducción sino la falta de demanda, que provocó un derrumbe en el precio de los productos y un panorama poco visto, de galpones cargados de cajones.
En el caso del tomate -que representa el 35 por ciento de la producción local-, el cajón cuesta entre $2.000 y $3.000. Para amortizar los gastos debería venderse entre $10.000 y $12.000. En tanto, en las verdulerías se consiguen dos kilos por $2.500. La situación se repite con la acelga, los pimientos y la lechuga, también cultivos centrales en la zona. Mientras una jaula se paga entre $2.000 y $4.000 en el Mercado Regional, en los comercios el kilo de morrón y de lechuga ronda los $3.000, y el atado de acelga se vende a $1.500.
Bajas ventas y altos costos
Vides afirma que la situación de la actividad “es bastante complicada”, aunque sostiene que “la producción continúa, porque siempre hacemos todo lo posible para poder seguir cultivando”. Incluso, buscando alternativas y precios, para afrontar el alto costo de los insumos.
“Por ejemplo, el otro día, fui a comprar una rueda para el carrito que usamos para llevar la verdura de la quinta a los galpones, y me pidieron 140.000 pesos. Sólo la cubierta costaba 119.000, una barbaridad”, contó. Los fertilizantes, fungicidas, combustible y energía eléctrica también están por encima de lo que se puede afrontar, apuntó el quintero.
Sin embargo, la mayor preocupación es el impacto que provoca la falta de ventas: “En muchos casos, parte de la cosecha ni siquiera se levanta y otra vuelve del mercado sin haber sido comprado, queda en los galpones y hasta se termina tirando”, resaltó Vides.
menos superficie sembrada
Como consecuencia, señaló que muchos quinteros decidieron reducir la superficie cultivada. E casos, se redujo a la mitad.
“Estamos trabajando a pérdida y por susbsistencia, apenas para garantizar lo mínimo, que es juntar para pagar el alquiler y los servicios, comer y nada más”, afirmó el productor.
Pablo Garnica, con 30 años en la actividad, le apunto al problema del alquiler. “Ahora, los contratos son más cortos, por seis meses o un año, y las inmobiliarias no aflojan con los aumentos. El semestre pasado estaba pagando por el alquiler de media hectárea $70.000. Este mes renovamos el contrato y me lo llevaron a $100.000”, explicó.
La crisis también plantea un escenario complicado para la temporada de verano. “No se si se va a poder producir en las mismas condiciones. No vamos a poder desinfectar el suelo y vamos a tener que plantar así. Esto implica que vamos a tener pérdida de plantas cosechas más cortas”, advirtió Vides.
Un panorama “tristísimo”
Los puesteros del Mercado Regional coinciden en que la demanda de frutas y verduras bajó, porque la gente tiene menos capacidad de compra. Además, al haber más producción que compradores, los precios se derrumban.
“Este sector tiene la particularidad de que los valores del mercado son transparentes”, señaló Héctor Pestrín, productor y comercializador en el Mercado Regional. “Si hay diez jaulas de lechuga y diez compradores, el valor se mantiene. Pero si sólo hay siete jaulas, el precio sube por la disputa y algunos se quedan sin comprar”, explicó.
Desde el sector advierten que, por esta situación, el cordón hortícola va a pagar las consecuencias de la actual situación económica.
Pestrín sostuvo que “el problema actual es justamente la sobreoferta permanente”, motivo por el que muchos productores están saliendo del circuito, porque no llegan a cubrir los gastos.
A su vez, comentó que la situación se agrava, porque antes venían compradores de otras provincias, pero hoy cada región produce lo propio.
Para más, un dato: “Esta semana un colega tiró más de 300 bolsas de papa, y otros dos entre 60 y 200 cajones de tomate”, indicó.
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