La noche de Mirtha: La Chiqui deslumbró con su atuendo y confesó que su carrera televisiva fue “accidental”
| 9 de Noviembre de 2025 | 10:46
La televisión argentina tiene pocas figuras tan vigentes y emblemáticas como Mirtha Legrand. A los 98 años, la “Chiqui” sigue al frente de su legendario ciclo La noche de Mirtha, y cada emisión se convierte en un pequeño evento. Este sábado no fue la excepción: la diva apareció deslumbrante, con un vestido rojo de shantung y encaje, acompañado por joyas brillantes y su sonrisa inconfundible.
“Vamos a comenzar nuestros legendarios sábados, porque yo, señores, ya soy una leyenda. Y la leyenda continúa”, lanzó al iniciar el programa, fiel a su estilo. La frase, que ya es marca registrada, fue el prólogo de una velada que combinó glamour, humor y emoción.
En esta oportunidad, la acompañaron en la mesa la actriz española Carmen Maura, el periodista Fernando Bravo, el director Juan José Campanella y la actriz Julieta Cardinali. Entre charlas distendidas, risas y recuerdos, Mirtha dejó algunas de las declaraciones más personales de la noche.
Una de ellas tuvo que ver con sus comienzos. Recordó que su primer viaje a España fue para filmar la zarzuela Doña Francisquita, dirigida por el cineasta Benito Perojo. “Fui tan feliz esos tres meses en Madrid”, contó con nostalgia. “No imaginaba todo lo que iba a venir después.”
Con su tono sereno pero firme, la diva sorprendió al admitir que su extensa carrera en televisión no fue algo que hubiese planeado. “Esto es accidental en mi vida. Me refiero a la televisión. Pero hace muchos años que lo hago y, la verdad, me ha dado tantas satisfacciones", confesó.
El comentario despertó la curiosidad de sus invitados, y Mirtha aprovechó para revelar cómo nació su clásico formato de los almuerzos televisivos. “Fue idea de Alejandro Romay”, explicó. “Me dijo que hiciéramos un almuerzo con doce invitados, los ‘doce apóstoles’. Yo le respondí: ‘¡Ay, no, no, no!’”, recordó entre risas. Finalmente aceptó, y el resto es historia: más de medio siglo al aire, cientos de figuras en su mesa y un estilo que marcó a varias generaciones.
Como cada sábado, las redes sociales se llenaron de comentarios sobre su look. El vestido rojo - firmado por su diseñador de cabecera - se convirtió en tema de conversación, al igual que sus joyas y el impecable peinado. Mirtha, por su parte, se mostró relajada, haciendo gala de su ironía habitual y su precisión como entrevistadora.
A lo largo del programa, también hubo momentos de reflexión. Legrand habló de los desafíos de mantenerse vigente y de su deseo de seguir trabajando. “Mientras la gente me quiera y me acompañe, yo voy a estar. Esto me hace feliz”, aseguró, recibiendo el aplauso de sus invitados.
Más allá de las décadas, Mirtha sigue siendo sinónimo de televisión argentina. Cada emisión de La noche de Mirtha no solo confirma su vigencia, sino también el cariño del público, que la acompaña sábado tras sábado, como si el tiempo no pasara.
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