Cómo cuidarse en verano: sol, calor y protección integral

Enero y febrero pueden ser meses de disfrute y actividad al aire libre, pero requiere planificación y precaución. La combinación de protección solar, ropa adecuada, hidratación y el uso responsable de repelentes permite disfrutar del sol

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El verano en Argentina invita a disfrutar del aire libre, la playa y las actividades deportivas al aire libre, pero también trae consigo riesgos asociados al calor, la radiación solar y los insectos. Prepararse correctamente no solo evita quemaduras y golpes de calor, sino que contribuye a mantener la piel saludable y a prevenir enfermedades transmitidas por mosquitos. Desde la elección de ropa adecuada hasta la correcta combinación de protector solar y repelente, cada detalle cuenta.

Evitar la insolación y golpes de calor

Uno de los principales riesgos del verano es la insolación. La exposición prolongada a altas temperaturas y al sol puede derivar en mareos, náuseas, dolor de cabeza e incluso pérdida de conciencia. Por eso, los especialistas recomiendan evitar la exposición solar entre las 10 y las 16 horas, cuando la radiación UV alcanza su máxima intensidad. Buscar sombra siempre que sea posible y reducir la actividad física intensa en ese horario es fundamental.

La hidratación es clave para prevenir la descompensación por calor. Beber agua de manera constante, incluso si no se tiene sed, ayuda a mantener la temperatura corporal y evita la deshidratación. Es importante evitar el exceso de alcohol o bebidas muy azucaradas, ya que pueden empeorar los síntomas de calor. En caso de presentarse signos de golpe de calor —piel caliente, sudoración excesiva, debilidad o mareos— se debe trasladar a la persona a un lugar fresco, humedecer su piel y buscar atención médica si es necesario.

Protector solar: la barrera contra los rayos UV

La protección solar es la primera línea de defensa frente al envejecimiento prematuro y al riesgo de cáncer de piel. Se recomienda usar protectores de amplio espectro que bloqueen rayos UVA y UVB, con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30. Su aplicación debe ser generosa en todas las áreas expuestas, 30 minutos antes de salir al sol, y renovarse cada dos horas, o después de nadar, sudar o secarse con toalla.

Además, hay que tener en cuenta que la ropa húmeda pierde parte de su capacidad de bloqueo UV, por lo que la reaplicación del protector es aún más importante en esas circunstancias. Para los labios, se aconseja el uso de bálsamos con FPS, ya que esta zona es particularmente sensible a la radiación.

Indumentaria: vestirse para protegerse y sobrellevar el calor

Elegir la ropa adecuada puede marcar la diferencia entre un verano agradable y uno lleno de incomodidad. Se recomienda ropa holgada, de colores claros y tejidos livianos y transpirables, como algodón o lino, que permitan la circulación del aire y reduzcan la sensación de calor.

Para quienes realizan actividades deportivas al aire libre, es ideal optar por prendas con protección UV (UPF) que suman seguridad sin depender únicamente del protector solar. Los sombreros de ala ancha y las gafas de sol con protección UV400 ayudan a proteger cabeza, rostro y ojos. Durante la actividad física, es aconsejable tomar descansos en sombra y mantener la hidratación constante.

Combinar protector solar y repelente: el orden correcto

En zonas con presencia de mosquitos, la correcta combinación de repelente y protector solar es fundamental. La evidencia muestra que aplicarlos simultáneamente puede reducir la eficacia del protector solar y aumentar el riesgo de irritación.

El orden recomendado por especialistas es:

1. Aplicar primero el protector solar y esperar entre 20 y 30 minutos para que se absorba completamente.

2. Luego, aplicar el repelente en las áreas expuestas que lo requieran.

La frecuencia de reaplicación varía según el producto: el protector solar cada dos horas o después de nadar o sudar, y el repelente según las indicaciones del envase. Es importante no excederse en la cantidad de repelente, ya que puede aumentar la toxicidad o irritación cutánea.

Consejos adicionales para un verano seguro y saludable

Además de los cuidados mencionados, hay otras recomendaciones que ayudan a disfrutar del verano con seguridad:

• Siempre buscar sombras o estructuras que protejan del sol, especialmente durante las horas pico de radiación.

• Mantener hidratación constante y prestar atención a la ingesta de líquidos durante actividades físicas.

• Revisar la fecha de vencimiento del protector solar, ya que el calor puede degradar sus componentes activos.

• Tener en cuenta que la radiación UV atraviesa nubes, por lo que la protección es necesaria incluso en días nublados.

• Para quienes disfrutan de actividades prolongadas al aire libre, combinar ropa protectora, sombrero, protector solar y hidratación es la mejor estrategia para minimizar riesgos.

En caso de golpe de calor, es importante trasladar a la persona a un espacio fresco

 

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