Las tasas, del letargo a picos de hasta un 140%

La escasez de pesos, el cierre del año y las decisiones del Banco Central dispararon los rendimientos de corto plazo

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La calma que había predominado durante varias semanas en el mercado financiero argentino se quebró de forma abrupta en el tramo final de 2025. En medio de mayores tensiones cambiarias y una fuerte demanda estacional de pesos, las tasas de interés de muy corto plazo escalaron a niveles inusuales y expusieron la fragilidad de la liquidez en el sistema.

El caso más extremo se observó en la tasa de caución bursátil a un día. Tras moverse durante noviembre y gran parte de diciembre en un rango cercano al 40%–50% nominal anual, el lunes de esta semana llegó a cerrar en 140% TNA. En la última rueda cambiaria del año retrocedió al 100% y, hacia el final de la jornada, se acomodó en torno al 57%, un nivel que aun así triplica la inflación esperada para los próximos doce meses.

Según Portfolio Personal Inversiones (PPI), la suba respondió a una combinación de factores. La mayor demanda de pesos típica del cierre de año profundizó la escasez de liquidez, en un contexto en el que los principales amortiguadores se encontraban prácticamente agotados. Con saldos bajos en cuentas corrientes del BCRA, depósitos del Tesoro y líneas de REPO, los bancos acudieron con mayor intensidad al mercado de caución, lo que presionó al alza las tasas de corto plazo.

A eso se sumó el efecto calendario. El receso de fin de año concentró la operatoria en cauciones a 72 horas, que alcanzaron volúmenes cercanos a $4,4 billones y recalentaron aún más los rendimientos. En paralelo, la política de encajes estrictos del Banco Central, que hoy exige a las entidades mantener un 75% de encaje diario frente a un nivel histórico del 25%, redujo la disponibilidad de pesos y empujó las tasas hacia arriba.

La venta de bonos en pesos por parte de bancos y empresas para obtener liquidez inmediata también aportó presión adicional. Al mismo tiempo, apareció una demanda de dólares como cobertura ante la actualización del esquema de bandas cambiarias desde enero, un comportamiento atípico en un contexto de tasas tan elevadas.

El impacto comenzó a trasladarse al resto del sistema. El plazo fijo tradicional, que antes de las elecciones ofrecía tasas cercanas al 50% TNA y luego se desplomó hasta la zona del 21%, mostró una leve recuperación. Un banco líder elevó su rendimiento al 24,5%, mientras que otras entidades, como Bica, CMF, Bancor, Banco del Sol, Mariva y Meridian, se movieron en el rango del 27% al 28%. Aun así, esas tasas siguen sin compensar plenamente la inflación.

Este escenario explica la caída del stock de plazos fijos tradicionales, que se redujo en $1,7 billones entre el 20 de noviembre y el 17 de diciembre. En contrapartida, los plazos fijos UVA ganaron terreno y crecieron de $183.000 millones a $247.000 millones, impulsados por el repunte inflacionario y la búsqueda de cobertura.

 

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