A pesar de la condena, Jafar Panahi volverá a Irán

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Jafar Panahi, el director iraní que acaba de llegar a la cartelera local con “Fue solo un accidente”, fue sentenciado a prisión en su país, otra vez, por propaganda contra el Estado. Pero no estaba en Irán, por lo que por ahora sigue libre: sin embargo, afirmó que planea regresar a su país después de la gira con su nueva película, y que nunca ha contemplado el exilio a pesar de la amenaza de prisión que enfrenta en Irán.

Un tribunal en Teherán lo sentenció a un año de prisión en ausencia a principios de esta semana y también le impuso una prohibición de salir del país por dos años por “actividades de propaganda contra el sistema”, según su abogado Mostafa Nili en una publicación en X. Nili dijo que apelaría el fallo.

La sentencia fue dictada mientras “Fue solo un accidente” recibía tres premios en los Gotham Awards de la ciudad de Nueva York, a los que Panahi asistió antes de volar a Marruecos. “Sé que las películas que hago no agradan al gobierno, pero eso no es razón para dejar mi país”, dijo a una audiencia en el Festival Internacional de Cine de Marrakech.

“Mi país es donde puedo respirar, donde puedo encontrar una razón para vivir y donde puedo encontrar la fuerza para crear”, agregó, indicando que regresaría a Irán después de que su gira termine el próximo año. La gira podría terminar, además, con un Premio Oscar.

Panahi es uno de los directores contemporáneos iraníes más celebrados y ha continuado haciendo películas a pesar de haber sido encarcelado repetidamente, prohibido de viajar y puesto bajo arresto domiciliario por las autoridades iraníes durante los últimos 20 años.

Filmó “Fue solo un accidente”, que se puede ver en cines locales, clandestinamente en Irán tras una estancia de siete meses en prisión que solo terminó en 2023 una vez que inició una huelga de hambre.

La película es un drama de venganza sobre el sistema penitenciario de Irán, basado en historias que Panahi escuchó mientras cumplía condena en la notoria prisión de Evin en Teherán por cargos similares a los más recientes. Sigue a un hombre que cree haber visto a su antiguo captor y torturador.

El hombre inicialmente planea enterrar vivo a su supuesto torturador, pero en su lugar decide confirmar su sospecha llevándolo, encerrado en la parte trasera de su furgoneta, a otros ex prisioneros para determinar si debe prevalecer la venganza o el perdón.

 

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