Junín: gremios cuestionan la reforma laboral y la califican como regresiva

Dirigentes sindicales de Junín advirtieron que el proyecto oficial apunta a recortar derechos y beneficiar a empresas 

Con el inicio del debate por la reforma laboral previsto para esta semana en el Congreso, el Gobierno nacional busca avanzar con la media sanción en la Cámara alta durante el transcurso del mes. En ese contexto, desde Junín, referentes sindicales expresaron fuertes cuestionamientos al proyecto, al que definieron como un “plan regresivo para los derechos de los trabajadores”, que busca “abaratar costos al empresariado” y que no apunta al “consenso” sino que “defiende intereses sectoriales”.

 

El llamado a sesiones extraordinarias para el jueves volvió a poner el foco en la denominada modernización laboral. En ese marco, Democracia consultó al secretario de ATSA, Héctor Azil; al secretario de Smata, Carlos Rodríguez; al secretario de Satsaid y secretario general de la CGT, Andrés Mansilla; y al secretario del Sindicato de Empleados de Comercio, Federico Melo.

 

Azil consideró que el borrador de la reforma laboral “que está circulando, y que se supone que es el que va a ingresar al Congreso esta semana, es totalmente regresivo con respecto a los derechos de los trabajadores y trabajadoras”. Entre los puntos más cuestionados, señaló que se intenta “imponer un banco de horas para que el empleador pueda disponer discrecionalmente de la jornada laboral, hasta 12 horas por día, de cada trabajador, evitando de esa manera pagar horas extras”. Agregó que se trata de una medida “muy agresiva que interfiere en la organización familiar de cada trabajador y trabajadora que no puede saber de una semana para la otra cuántas horas ni en qué horarios los va a tener que cumplir”.

 

También advirtió que el proyecto “desregula el tema de las vacaciones”, ya que “las podrán fraccionar y otorgar en distintos momentos del año”, y cuestionó la propuesta de eliminar la indemnización laboral para reemplazarla por un fondo del que “no se sabe si va a estar a cargo del Estado o de una especie de seguro como son las ART”, con aportes de trabajadores y empleadores. A esto sumó el debate en torno al aguinaldo, sobre el cual afirmó que “se habla de que quieren desdoblarlo y pagarlo en cuotas mensuales en vez de anualizado”.

 

Azil recordó experiencias anteriores y sostuvo que son cambios que ya se intentaron aplicar “con la promesa incumplida en los 90”, cuando se aseguraba que más personas se incorporarían al empleo formal, pero “terminamos esa década con una desocupación del 24%”. En esa línea, afirmó que “lo único que están haciendo es un desvío de recursos de los trabajadores y trabajadoras hacia los empleadores”. Además, anticipó una “férrea oposición” del movimiento obrero y lanzó una advertencia hacia el Congreso: “Esperemos ver cómo responden algunos legisladores que entran por partidos que tendrían que estar totalmente identificados con los trabajadores y sus derechos”.

 

Desde Smata, Carlos Rodríguez coincidió en el rechazo y remarcó la falta de acuerdos. “Creo que de haber una reforma tiene que ser de consenso. En nuestro caso, no tenemos miedo a tratar una reforma porque hemos adecuado muchas modalidades a lo largo del tiempo; hasta hemos tenido banco de horas en tiempos de crisis”, expresó. Sin embargo, aclaró que el problema aparece “cuando solo quieren imponer modelos que solo benefician a las empresas”, y agregó: “Creo que cuando un sector, sea cual sea, impone una modalidad, no sirve, porque solo defiende intereses sectoriales”.

 

Por su parte, Andrés Mansilla sostuvo que, por lo que pudieron leer del proyecto, la reforma “es para abaratar costos al empresariado” y advirtió que incluye el pago de indemnizaciones en cuotas, la eliminación de horas extras, la fijación de vacaciones según la decisión del empleador y la posibilidad de discutir salarios “mano a mano, trabajador con patrón”. Al respecto, afirmó: “Sabemos que esto es algo inédito. La verdad que estos puntos que mencioné no llevan a nada. Solo llevan a sacar al sindicato del medio”. Y se preguntó: “¿Qué trabajador puede llegar a discutir mano a mano su sueldo con su patrón, y conseguir buenas paritarias mano a mano? Ninguno”.

 

El secretario general de la CGT también consideró que antes de avanzar con una reforma laboral, el Gobierno “debería preocuparse por cambiar el modelo económico”, al señalar que “todos los días están cerrando pymes, empresas, haciendo achicamiento por la gran recesión que tenemos”. En ese sentido, concluyó: “Como sindicato, y como secretario general de la CGT, no vamos a bajar los brazos en luchar y salir a la calle en contra de esta reforma laboral”.

 

En una entrevista reciente, Federico Melo planteó la necesidad de avanzar con diálogo y equilibrio para dar respuesta a “tantos trabajadores informales que tenemos en nuestro país”. “Somos conscientes y creemos que tiene que haber una modificación para insertarlos en el mundo laboral, e insertarlos en la contención de la seguridad social también”, expresó, y remarcó la importancia de que “se tenga en cuenta la palabra de los trabajadores”. Sobre la reforma definida como modernización, advirtió que espera “que esto no termine en una precarización” y subrayó que las eventuales revisiones de convenios y normativas “son discusiones que se tienen que dar de fondo”.

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