Elongación y flexibilidad: los ejercicios “desconocidos” que más hacen los deportistas

Las rutinas de estiramiento antes y después del entrenamiento son especiales para quienes sufren problemas musculares

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En un contexto donde el entrenamiento físico se vuelve cada vez más riguroso, la atención en la prevención de lesiones cobra un rol fundamental. En especial, las personas con antecedentes de problemas en músculos y tendones encuentran en la elongación y las sesiones de flexibilidad herramientas esenciales para optimizar su rendimiento y preservar su salud física.

La rutina recomendada comienza con una elongación previa al ejercicio, que, según las indicaciones de los especialistas, debe durar entre 6 y 8 segundos por cada músculo. Este breve lapso, en el que se pueden incorporar movimientos de rebote suaves, ayuda a activar de manera progresiva la musculatura, incrementando la circulación y preparando las fibras musculares para el esfuerzo que está por venir. “Los profesores en educación física opinan que este tipo de elongación activa de forma dinámica el sistema muscular, reduciendo la rigidez y minimizando el riesgo de lesiones durante la actividad física”, comenta un representante de este gremio.

Tras el ejercicio, la rutina se complementa con una sesión de elongación que se extiende de 16 a 20 segundos por cada grupo muscular. Los especialistas advierten que este estiramiento prolongado es vital para favorecer la eliminación de ácidos lácticos, disminuir tensiones acumuladas y restablecer el tono muscular a niveles óptimos. “Los kinesiólogos y fisiatras analizan que estirar de manera controlada y sostenida después del ejercicio contribuye a una recuperación más rápida y eficaz, lo cual es particularmente importante para aquellos que han sufrido lesiones en tendones o presentan una predisposición a problemas musculares”, señala un experto en rehabilitación deportiva.

Además de estas etapas específicas, se ha venido impulsando la realización de sesiones de flexibilidad separadas, en las que se mantienen posturas durante más de un minuto por grupo muscular. Estas sesiones tienen como objetivo no solo mejorar la elasticidad de los músculos, sino también trabajar la estabilidad y el equilibrio del cuerpo en su conjunto. “Los preparadores físicos aseguran que dedicar tiempo a la flexibilidad de manera independiente de la rutina habitual de ejercicio puede marcar la diferencia en la prevención de lesiones crónicas”, explica un especialista en entrenamiento funcional.

La integración de estas prácticas en la rutina diaria no solo beneficia a deportistas de alto rendimiento, sino también a personas que, por diversas razones, se encuentran en rehabilitación o simplemente buscan mantener una buena condición física sin sobrecargar su sistema muscular. En este sentido, los expertos recalcan la importancia de personalizar los tiempos y la intensidad del estiramiento según las necesidades y la condición física de cada individuo. “No existe una fórmula única para todos; cada persona debe ajustar la duración y el tipo de estiramiento a su realidad corporal. Lo fundamental es la constancia y la atención a las señales que el cuerpo brinda”, puntualizan los kinesiólogos.

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