La carta de amor de Martin Scorsese a dos cineastas británicos
Edición Impresa | 9 de Febrero de 2025 | 04:32

Martin Scorsese ha dedicado buena parte de su vida a hablar de las películas que le gustan. Ha realizado documentales sobre cine italiano (“Mi viaje a Italia”), películas de estudios de Hollywood (“Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano”) y cineastas individuales como Elia Kazan y Val Lewton. Pero cuando Scorsese habla de las películas de Michael Powell y Emeric Pressburger, significa algo diferente. Se acerca a algo fundamental para él.
En el documental “Made in England: The Films of Michael Powell and Emeric Pressburger”, que se puede ver por Mubi, Scorsese recuerda haber visto “Las zapatillas rojas” cuando era niño. La describe como “uno de los orígenes de mi obsesión por el cine en sí”.
“Las películas de Powell-Pressburger han tenido un profundo efecto en la sensibilidad que aporto a todo el trabajo que he podido hacer”, dice Scorsese en el documental. “Me hechizaron tanto de niño que forman una gran parte del subconsciente de mis películas”.
“Made in England” es un conmovedor crescendo sobre uno de los grandes romances del cine. Las películas de Powell y Pressburger, el dúo de guionistas y directores conocido como los Archer, han sido un estímulo constante para Scorsese, que entabló amistad con Powell al final de su vida. Thelma Schoonmaker, editora de Scorsese durante muchos años, se casó con Powell, y desde su muerte en 1990 ha trabajado incansablemente para celebrar su legado.
Juntos, Schoonmaker y Scorsese ya han restaurado ocho de las películas, incluidas obras maestras en Technicolor como “Las zapatillas rojas”, “Vida y muerte del coronel Blimp”, “Narciso negro” y “Cuestión de vida o muerte”, junto con la querida joya en blanco y negro “¡Sé adónde voy!”. Una vez que Scorsese y Schoonmaker terminan de montar sus propias películas, como “Killers of the Flower Moon”, Schoonmaker se dedica al trabajo de su otra vida.
“Tengo el mejor trabajo del mundo y el mejor marido del mundo. ¿Qué más se puede pedir?”, dijo Schoonmaker en una reciente entrevista telefónica. “Trabajar para Marty es fantástico. Cada película es diferente, cada película es un nuevo reto. Y luego nos sentamos a hablar de Michael Powell y Emeric Pressburger”.
Como expresión de amor al cine -del poder del cine para traspasarte, para cambiarte la vida, para vivir a tu lado mientras envejecés- “Made in England” difícilmente podría ser más efusiva. La película forma parte de una retrospectiva de Powell-Pressburger que actualmente se exhibe en el Museo de Arte Moderno, y que próximamente visitará Seattle, Chicago y el Museo de la Academia de Los Ángeles.
“La palabra ‘amor’ es la adecuada para todos nosotros”, afirma David Hinton. Dirigió “Made in England” y conoció a Powell para un documental de la televisión británica sobre él en los años ochenta. Schoonmaker se puso en contacto con él y fue ella quien puso en marcha la película. Hinton no tardó en darse cuenta del celo de sus colaboradores.
Powell, hijo británico de un agricultor de lúpulo, y Pressburger, judío húngaro que había huido de los nazis a Gran Bretaña, forjaron su colaboración durante la Segunda Guerra Mundial. Juntos, compartiendo créditos en una misma pantalla, rodaron 19 largometrajes, muchos de los cuales siguen figurando entre las mejores películas de la historia.
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