Bombas, batucadas, bengalas y mucho color: La Plata amaneció al ritmo de los UPD
| 10 de Marzo de 2025 | 07:26

"¿Qué son esas bombas que se escuchan por mi barrio?". Esa fue la pregunta que durante las primeras horas de este lunes se hicieron miles de vecinos de La Plata y por la que consultaron tanto al nuevo teléfono de la redacción de EL DIA 412-0101 como al WhatsApp +5492214779896. La respuesta es simple: el inicio de clases en las escuelas y colegios secundarios de la Provincia marcó la llegada del Último Primer Día (UPD), un ritual de los egresados.
Lo cierto es que durante la mañana se advirtieron fuertes explosiones en distintos barrios de la Ciudad, y en las inmediaciones de muchos establecimientos educativos los chicos despertaron a los vecinos con batucadas y bengalas de humo y color. Así fue que estos festejos, que ya son un clásico para esta fecha, dijeron presente y alteraron la tranquilidad de varias zonas.
En este ritual que comenzó a realizarse hace ya unos años los adolescentes hacen "la previa" para luego ir caminando hasta las escuelas. Y lo hacen aportando mucho color, con disfraces, tocando bombos y utilizando pirotecnia. Si bien hay directivos que acuerdan pautas con los alumnos, lo cierto es que el descontrol se apodera de esta práctica ya que en muchos casos la ingesta de alcohol provoca desmanes.
Uno de los sitios preferidos por los egresados es la Plaza Moreno, que esta mañana se vio copada por adolescentes que celebraban su UPD a todo ritmo. Pero también en otros espacios verdes platenses y calles estuvieron copadas por la recorrida de los alumnos que este año culminan el colegio.
Los UPD, un festejo que se extiende
Como quedó dicho, hace varios días que La Plata se puso en guardia porque llega la temporada alta del Último Primer Día, que desde hace al menos una década se impuso como un ritual innegociable para los estudiantes del último año de secundaria. Pero también se han sumado celebraciones en jardines y primarias.
Como se sabe, la celebración del UPD comienza el día anterior al inicio del ciclo lectivo y los alumnos pasan la noche juntos, sin dormir. Se reúnen en la casa de uno de ellos o en la vía pública -en plazas o parques cercanos al colegio-, con alcohol y música fuerte de por medio. En muchos lo hacen bajo la supervisión de algún padre. Lo cierto es que cuando llega la hora del ingreso a la escuela, los chicos se dirigen a la puerta del establecimiento acompañados de banderas, bombos y cánticos. Y entran a clases, en general, sin estar en condiciones de hacerlo, aunque vale aclarar que hay instituciones que no permite el ingreso en esos estados.
El UPD ya forma parte de la cotidianidad del sistema educativo. Cada principio de año, directivos escolares y autoridades de gobierno se proponen mitigar los daños causados por el festejo. Pero no termina ahí.
Según un informe de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privados de la Argentina (AIEPA), el UPD dio paso a una larga sucesión de “últimos días” que se sigue ampliando: el Último Día de Sexto (UDS), la Última Semana Santa (USS) y, en algunos casos las Últimas Vacaciones de Invierno (UVI).
Lo cierto es que hay otros acontecimientos que ya forman parte de la cultura escolar. En el último año de secundaria, se discuten y eligen los buzos y remeras de egresados, se celebra el Día del Estudiante, algunas escuelas llevan adelante una despedida de quinto a sexto año y, en el medio, está la organización y concreción del viaje de egresados. Horas y horas invertidas en discutir estas cuestiones.
A veces se generan excesos que sortean el control de los padres, que incluso en algunos casos avalan y fomentan la concreción de los rituales, sin establecer límites claros.
Los UPD obligaron a las escuelas a modificar sus dinámicas habituales por la concreción de los rituales. Tanto a nivel provincial como municipal, las autoridades ya no intentan evitar que se celebre el UPD. Emiten circulares asumiendo que es un festejo inevitable y alertan a las instituciones, padres y estudiantes respecto de las prácticas más convenientes para no caer en excesos peligrosos. Se pasó a una etapa de mitigación de riesgos, explica AIEPA en su informe.
Desde la entidad que agrupa a miles de colegios de todo el país se fomentan distintas estrategias: los esperan con el desayuno, fomentan que ingresen al colegio con los padres, están pendientes de comunicarse con el número de emergencia médica en caso de que un estudiante se sienta mal.
En tanto que, tal como se informó, los “últimos días”, hasta hace poco propiedad exclusiva de los egresados de secundaria, comenzaron a replicarse en otros cursos y niveles. Incluso los rituales ya son recurrentes en en primarias y jardines de infantes. Con las diferencias del caso, sin los excesos del UPD de sexto año, los alumnos de sexto grado y de sala de 5 tienen sus propios festejos, en muchos casos impulsados más por los padres que por los propios chicos.
Antes del primer día de clases, en algunos establecimientos, los chicos son recibidos por un festejo que sus padres prepararon, que incluye espuma, cohetes, papelitos, banderas, bombos y redoblantes.
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