En medio del drama, Bahía Blanca apura la reconstrucción de las escuelas

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A una semana (ayer) de las trágica inundación, Bahía Blanca decidió que volverán a dictarse clases en aquellas escuelas y jardines infantiles que se encuentren en condiciones. El heroico esfuerzo de la población por recuperar a la ciudad tan castigada se comenzó a ver, entonces, patentizado por el retorno a las aulas de los alumnos.

La mayoría de los edificios escolares presenta un panorama crítico y, tal como se señaló desde el área educativa provincial, las comunidades educativas se encuentran desarrollando trabajos de desinfección de las aulas y patios, sin perjuicio de tomar en cuenta los daños causados en los hogares de los docentes y alumnos.

Son 15 los jardines de infantes y cinco las escuelas primarias que volverán a dictar clases y el hecho de que en Bahía Blanca funciona un total de 238 establecimientos educativos marca con elocuencia cuál ha sido el daño causado por las aguas en la ciudad sureña. No obstante las autoridades educativas regionales aseguraron que en pocas jornadas más podrán rehabilitarse la mayoría de esos edificios.

Lo cierto es que el comité de emergencia de Bahía Blanca identificó 56 escuelas con daños edilicios graves, a 75 con daños medianos y a 101 en buenas condiciones, previéndose para estos últimos un lapso de 48 horas para abrir sus puertas. En el caso de las localidades cercanas como las de Ingeniero White y Cerri, la situación sigue siendo crítica así que se necesitará más tiempo para refaccionar las escuelas.

“Estamos trabajando para una vuelta a la normalidad progresiva y cuidada en lo que respecta al impacto en las condiciones de infraestructura y servicios, estado del personal, accesibilidad de los edificios y desinfección de todas las instituciones”, expresó en un comunicado la Jefatura Regional Nº 22.

“Algunas escuelas podrían abrir, pero son pocas. La mayoría sigue sin luz, sin agua y con instalaciones dañadas. En un jardín, incluso encontraron peces en la cocina”, describió un educador de Bahía Blanca. En varias instituciones, los alumnos y sus familias están participando de las tareas de limpieza y sacando el barro de las aulas.

Más allá de la magnitud de la tragedia y de la reacción de la población bahiense por devolverle normalidad a una ciudad tan dramáticamente castigada por la inundación, no puede menos que valorarse también el esfuerzo desplegado para que las escuelas reabran sus puertas y se reinicie el ciclo lectivo cuanto antes. El rápido retorno de los chicos a las aulas significará una de las mejores formas –muy esforzada, claro, pero tan necesaria- de respetarles el derecho de aprender y de retornar a la normalidad.

 

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