Sólo el sector privado podrá robustecer a la economía de la Región

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El drama del desempleo golpea fuerte en la Región en los últimos años, según quedó corroborado nuevamente ahora en el informe del último trimestre de 2024 producido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), reflejado por este diario, según el cual la desocupación en el Gran La Plata, que incluye a Berisso y Ensenada, fue del 8,1 por ciento.

Ese porcentaje marca una mejora con respecto al tercer trimestre de 2024, cuando la medición llegó a un 9,7 por ciento, aunque, en contraste, subió en la comparación interanual y es superior a la media del país que se encuentra en el 6,4 por ciento.

Por el concurso de varios factores, en el último trimestre de 2024 la Región quedó ubicada segunda en el ranking de más alta desocupación en el país con el 9,7 por ciento de habitantes sin trabajo. En ese año el desempleo experimentó un brusco incremento en el curso de doce meses, que llegó al 80 por ciento.

Ahora, en base al reciente informe, el desempleo en las tres ciudades de nuestra zona afecta a una cifra cercana a las 38 mil personas, esto es unas siete mil menos con respecto al relevamiento previo.

En el informe publicado se detallaron referencias vinculadas al mercado laboral de 31 conglomerados urbanos en el país, destacándose que el desempleo sigue afectando en mayor medida a las mujeres.

Se dijo ya en este diario, replicando opiniones de especialistas, que más allá del soporte social que presta la administración pública, sólo el sector privado podrá devolverle robustez a la vida económica de la Región. Se ha llegado a una suerte de punto sin retorno de su vida económica, a partir del cual sólo le cabe a la iniciativa privada redoblar esfuerzos, fomentar iniciativas y crecer. Cualquier otra alternativa que no sea la de activar los resortes productivos sería inimaginable.

Desde luego que se vuelve necesaria la acción del Estado para despejar muchas de las trabas existentes. Y aquí conviene no olvidar los reiterados reclamos de muchas cámaras empresariales, formulados en los últimos tiempos, para que se ponga en marcha una serie de apoyos estructurales, como ayudas para el pago de sueldos, líneas de crédito accesibles para las Pymes y algunas reducciones impositivas, como parte de un plan de salvataje a numerosas firmas comerciales, industriales y de servicio de nuestra zona, que hoy sobreviven como pueden con los números en rojo.

En el caso de La Plata carece de explicación y de toda justificación que la capital de la provincia más rica del país atraviese por semejante crisis que, desde luego, viene de arrastre. En especial y además, porque dispone de recursos humanos de excelencia, formados en las universidades, en institutos terciarios y en muchos otros establecimientos dedicados a la capacitación laboral de su población.

Es imperativo, entonces, que el sector privado recupere su rol productivo y le entregue a la sociedad fuentes laborales genuinas.

 

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