La pausa de un café, clave en un ataque delictivo

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El café de la tarde es un ritual para muchos. El aroma intenso, el calor entre las manos, un momento de calma. Pero para un matrimonio de jubilados de la Ciudad, aquella costumbre cotidiana se transformó en la amarga confirmación de que la inseguridad acecha en cualquier esquina. Mientras el hombre de 77 años removía distraídamente el azúcar en su taza y su esposa daba los primeros sorbos, manos ajenas y desconocidas revolvían sus pertenencias y saqueaban su hogar.

El hecho ocurrió el pasado sábado en la vivienda ubicada en la intersección de las calles 26 y 62. Salieron de su casa alrededor de las 19.00. A las 23.30, cuando el matrimonio estaba de regreso, se encontró con el desastre de todo revuelto. Los intrusos habían entrado a través del ventiluz del baño, cuya banderola se encontraba rota.

El botín que lograron llevarse incluyó un reloj Seiko, 1.500 dólares, 30 mil pesos, además de una suma de billetes paraguayos, venezolanos y de ediciones fuera de circulación de Argentina.

 

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26 y 62

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