Denuncian una salvaje agresión en Ensenada

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Alan Bertoldi, de 35 años, empleado en el Corralón municipal de Ensenada, ubicado en la calle Malvinas Argentinas entre camino Cementerio y camino Néstor Kirchner, denunció haber recibido una brutal golpiza, que le provocó considerables heridas en el rostro y en distintas partes del cuerpo.

De acuerdo a su relato en sede policial, todo arrancó cuando pidió una breve reunión con un superior para conversar sobre el cambio de un compañero, con quien, al parecer, no tenía buena relación.

Sin embargo, esa inquietud alteró los ánimos de otra persona que se encontraba en el lugar, a quien identificó con nombre y apellido.

Siempre en base a los dichos de Bertoldi, ese empleado “me dijo vamos a hacerla corta, vamos a pelear mano a mano”, tras lo cual agarró un palo de escoba y le empezó a pegar.

Bertoldi acusó lesiones cortantes en el pómulo izquierdo, una herida interna en el ojo izquierdo, como así también una contusión en el pecho, omóplato, antebrazo y hombro, todas del mismo lado.

“No contento con atacarme con ese palo, agarró una escoba, la partió con la rodilla y me siguió pegando”, relató.

Enseguida, según agregó, apareció una autoridad de alto rango, enterada del incidente, quien se lo llevó del lugar, aunque no para ponerlo a salvo.

“Fuimos al baño, donde empecé a lavarme la cara con miedo a haber perdido el ojo, y es allí cuando me recrimina que siempre hay problemas en el trabajo por mi culpa y se tornó muy violento. Hasta se me tiró encima y me pegó una trompada, por lo que me defendí, lanzándole un puñetazo”, destacó.

Por la exposición del denunciante, producto de su reacción, el directivo se cayó sobre los lockers de aluminio y se golpeó la espalda y la cabeza.

Acto seguido, indignado y preocupado, se subió a su moto y se dirigió al hospital Cestino, donde le brindaron asistencia. Ahora exige una sanción ejemplificadora.

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