Pararse y sentarse de la silla ayuda a envejecer despacio

Edición Impresa

La lucha contra el sedentarismo es un desafío creciente en la población adulta mayor, especialmente en un mundo donde el confort y la tecnología tienden a reducir la necesidad de movimiento. Frente a este panorama, una estrategia simple pero efectiva ha cobrado relevancia en el ámbito de la salud y la actividad física: sentarse y pararse repetidamente de una silla o un sillón como forma de ejercicio leve. Esta práctica, que puede reemplazar a la sentadilla tradicional, se perfila como una herramienta accesible para mantener la movilidad y fortalecer la musculatura en personas de 60, 70, 80 y más años.

Los médicos clínicos y los especialistas en rehabilitación coinciden en que este tipo de ejercicio contribuye a mejorar la circulación, la fuerza en miembros inferiores y la estabilidad, reduciendo el riesgo de caídas. “El movimiento regular es clave para prevenir la pérdida de masa muscular y mantener la independencia funcional en la vejez”, explican los kinesiólogos y fisiatras, quienes subrayan que la simple acción de levantarse y volver a sentarse activa grandes grupos musculares sin generar impacto en las articulaciones.

La frecuencia con la que debería realizarse este ejercicio varía según la edad y la condición física de cada persona. Los profesores de educación física y preparadores físicos sugieren que los adultos mayores de 60 años lo practiquen entre 10 y 15 veces por hora en períodos de actividad, alcanzando un mínimo de 100 repeticiones diarias. Para quienes superan los 70 años, la recomendación se ajusta a un rango de 8 a 12 repeticiones por hora, mientras que en los mayores de 80, el objetivo es realizar entre 6 y 10 repeticiones, siempre respetando el ritmo y la capacidad individual.

Los traumatólogos advierten que este ejercicio, aunque beneficioso, debe realizarse con técnica adecuada para evitar molestias en las rodillas o la zona lumbar. “Es importante mantener la espalda recta, distribuir bien el peso en los pies y no dejarse caer al sentarse”, precisan. En este sentido, los expertos en musculación destacan que el control del movimiento es fundamental para potenciar sus efectos y minimizar riesgos.

Más allá de los números, lo esencial es la constancia. Acumular entre 700 y 1000 repeticiones semanales puede marcar una diferencia sustancial en la movilidad y la calidad de vida de los adultos mayores. “No se trata de hacer todo de una vez, sino de integrar el movimiento en la rutina diaria”, recalcan los especialistas en rehabilitación. Así, transformar un acto cotidiano en un hábito consciente puede ser la clave para mantenerse activo y saludable en la tercera edad.

 

longevidad
movimiento
sedentarismo

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE