En sus últimas horas, el Papa estuvo “sereno y agradecido”

El domingo a la tarde descansó y luego cenó sin problemas. En la madrugada empezó el malestar. “No sufrió, todo fue muy rápido”

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En sus últimas horas, el papa Francisco estuvo sereno y agradecido, en medio de la celebración por las Pascuas. Desde la oficina de prensa de la Santa Sede informaron que el domingo descansó por la tarde y cenó sin problemas, pero a las 5.30 del lunes (hora italiana) aparecieron los primeros síntomas del malestar. “Una hora después, tras saludar a su enfermero personal Massimiliano Strappetti, tumbado en la cama de su departamento en el segundo piso de la Casa Santa Marta, el Pontífice entró en coma”, señala el escrito.

En este marco, quienes estuvieron a su alrededor destacaron que “no sufrió” y que todo “sucedió muy rápido”.

“Una muerte discreta, casi repentina, sin largas esperas ni demasiado clamor para un Papa que siempre había mantenido su salud en gran secreto”, añadieron en el comunicado.

Otro de los momentos que subrayan es cuando el domingo sorprendió con la idea de visitar a los fieles: “En el balcón del corazón de la fachada de la Basílica vaticana, cuando los fieles de las treinta y cinco mil iniciales se habían convertido ya en cincuenta mil, el Papa quiso dar una última y significativa sorpresa yendo a la Plaza de San Pedro para dar una vuelta en el papamóvil. No sin cierto temor inicial: ‘¿Creés que podré hacerlo?’, le había preguntado a Strappetti, quien lo tranquilizó”.

“Cansado pero feliz, el Papa agradeció a su asistente personal de salud: ‘Gracias por traerme de vuelta a la Plaza’”, comentó.

Luego de haber estado internado durante 38 días en el Policlínico Gemelli por problemas respiratorios, tras ser dado de alta, los médicos informaron que su proceso de recuperación iba a ser arduo, así como también la organización de su agenda.

Sin embargo, la causa de su fallecimiento fue por un derrame cerebral, producto de todos los factores de riesgo que padecía.

“Una muerte que se produjo al día siguiente de la Pascua, al día siguiente de haber bendecido a la ciudad y al mundo, al día siguiente de haber abrazado de nuevo, después de mucho tiempo, al pueblo. Aquel al que, desde los primeros momentos de su elección, el 13 de marzo del 2013, había prometido un camino ´juntos´”, concluyó el escrito.

El cardenal cordobés Víctor Manuel “Tucho” Fernández, en diálogo con diferentes medios, también corroboró que Francisco “murió en paz, sin sufrir. Gracias a Dios no fue por dificultad respiratoria, sino por un ictus”.

Fernández, actual prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano, fue uno de los últimos en despedirse en privado del papa Francisco en Santa Marta, pocas horas después de su deceso. Amigo personal y colaborador estrecho del pontífice, contó que Jorge Bergoglio, “un hombre que supo ser padre de una humanidad sufrida, “sabía que eran sus últimos días”.

 

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