Futuro Papa: el credo podría pesar más que el pasaporte
Edición Impresa | 29 de Abril de 2025 | 01:53

Por ALEXANDRIA SAGE
AFP
Francisco rompió con el estereotipo del perfil de la figura del Papa, convirtiéndose en el primer líder sudamericano de la Iglesia católica y en el primero no europeo desde el siglo VIII.
Ahora, cada vez hay más esperanza en que su sucesor, que será elegido durante el cónclave de cardenales las próximas semanas, venga de África o de Asia.
Con los numerosos viajes que hizo por todo el mundo, de Mongolia a Papúa Nueva Guinea, y los cardenales que nombró, el jesuita argentino defendió regiones muy alejadas de Roma, durante mucho tiempo olvidadas por la Iglesia.
Un Papa no europeo parece una opción lógica si se tiene en cuenta que el catolicismo está ganando terreno en África y en Asia, mientras que en Europa cada vez hay menos gente que va a la iglesia y el número de fieles apenas aumenta. Además, en el mundo actual, cada vez más complejo, los analistas consideran que una visión inclusiva del mundo y de las competencias diplomáticas serán decisivas en la elección del próximo pontífice, más que su nacionalidad.
El Papa más famoso de la Iglesia, San Pedro, venía de Galilea, en el actual Israel, pero la larga lista de pontífices que le siguió fueron principalmente italianos.
Justo después de convertirse en Papa, el 13 de marzo de 2013, Francisco bromeó sobre el hecho de que sus compañeros cardenales habían ido a buscarlo “casi al fin del mundo”.
Durante su pontificado, el exarzobispo de la ciudad de Buenos Aires trabajó por una Iglesia más inclusiva con quienes viven en las “periferias”, ya sea en zonas alejadas geográficamente de Roma o poblaciones durante mucho tiempo ignoradas.
A través de sus viajes por el extranjero y de su defensa abierta de grupos socialmente excluidos, como las personas migrantes y los pobres, Francisco intentó que se escucharan nuevas voces dentro de una institución de más de 2.000 años. Tendió la mano a quienes estaban “olvidados o poco representados en la Iglesia universal”, analizó R. Scott Appleby, un historiador estadounidense especializado en religiones. Pero “eso no garantiza, por supuesto, que el próximo Papa provenga de los márgenes, de un país que no sea muy conocido o que no esté en Europa”, matizó el experto y agregó que intentar predecir la nacionalidad del próximo pontífice no es más que un “juego de tontos”.
Quienes apuestan por un Papa no europeo alegan que Francisco nombró a la mayoría de los cardenales que elegirán a su sucesor, y que muchos de ellos vienen de regiones poco representadas. Entre ellos, 15 representan a África y 20, a Asia. Pero de los 135 cardenales electores convocados en cónclave, el grueso continúa representando a Europa (53); frente a los 27 de Asia y Oceanía, los 21 que representan a a América del Sur y Central, los 16 de América del Norte y los 18 de África.
Algunos de los que se barajan como posibles sucesores de Francisco no vienen de los bastiones tradicionales de la Iglesia, como el filipino Luis Antonio Tagle o el cardenal ghanés Peter Turkson. Los cardenales de Birmania y de la República Democrática del Congo también aparecen en las quinielas.
Un Papa procedente de un país más pobre aporta una perspectiva distinta en un mundo de dirigentes occidentales poderosos y a los que les gusta hacerse oír, señalan los analistas.
Un pontífice de ese tipo podría tener “una experiencia directa de los pobres” y aportar un “contrapunto a lo que han sido los centros de poder en el frente político”, apuntó R. Scott Appleby. Según él, “es importante para la Iglesia no replicar simplemente los centros de poder mundiales”.
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