Dolor en La Plata por la muerte del reconocido profesor Julio Humberto Balquinta

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El fallecimiento de Julio Humberto Balquinta provocó muestras de profundo pesar en diferentes ámbitos educativos de la Región, donde desarrolló su vocación y dejó su legado en diferentes colegios de la Ciudad.

Había nacido en Tapalqué el 1° de julio de 1942. Hijo de Elida Mansilla y Julio Balquinta, a poco de cumplir 1 año de vida, sus padres decidieron viajar a La Plata. Tuvo una infancia humilde pero familiar. Sus primeros años los pasó en Villa Elvira, localidad que recordaba con cariño. Siempre mantuvo sus recuerdos de niño, su escuela primaria y su barrio.

El colegio secundario lo hizo en el industrial que le sirvió para sus primeros desarrollos laborales. Sus años adolescentes y juveniles, los vivió en Los Hornos, y en esos mismos años de juventud conoció a Marta Lafuente, quien luego fue su esposa, con quien tuvo una familia que se amplió con la llegada de sus tres hijos: Walter Fabián, Alejandro Daniel y Silvio Gustavo, siete nietos y una bisnieta.

Trabajó en la fábrica textil Sniafa y cuando encontró algo de tiempo y fuerzas tras un duro golpe en la familia, decidió estudiar lo que siempre le gustó: profesorado de Matemáticas. Fue un alumno laborioso y dedicado. Le llevó mucho esfuerzo avanzar y concluir su carrera. Para darle ánimo y acompañarlo su esposa se inscribió en un profesorado.

Lo que en principio fue una mala noticia laboral le cambió la vida profundamente: recibió el telegrama de despido de la fábrica y se abrió la posibilidad de tener sus primeras horas de profesor de matemáticas con la ayuda de la profesora Lala Errecarte. Con esa posibilidad encontró su verdadera vocación: el colegio San Luis fue el lugar en el que desarrolló su labor. Y en Ringuelet, formó parte del plantel de Colegio Secundario de Nuestra Señora de la Anunciación donde, por pedido del padre Hernando Cocci, fundó el Bachillerato de Adultos, que dirigió durante más de 30 años. También fue profesor y preceptor del Colegio San Luis durante varios años.

Amante de los pájaros, tuvo como único hobbie criarlos y cuidarlos. En el fútbol fue fanático de Gimnasia y Esgrima de La Plata.

Familiero, sencillo, tranquilo y silencioso, fue un abuelo preocupado y ocupado de sus nietos, servicial y desinteresado.

 

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