Entrenar hasta el fallo: lo que esconde una frase tan popularizada
Edición Impresa | 4 de Mayo de 2025 | 05:52

El mundo del entrenamiento físico atraviesa un período de constante evolución. Nuevas tendencias surgen y otras se reformulan, pero hay una que ha capturado la atención de atletas y aficionados por igual: el término “entrenar hasta el fallo”. Esta práctica, que implica realizar un ejercicio hasta que ya no se pueda completar una repetición más con una técnica adecuada, se ha instalado en el vocabulario de quienes buscan optimizar sus resultados en el gimnasio, desde principiantes hasta los más experimentados. Pero, ¿qué hay detrás de este fenómeno? ¿Cuáles son los beneficios reales y los riesgos de esta metodología? Profesores y licenciados en Educación Física nos brindan su mirada sobre el tema.
¿QUÉ SIGNIFICA ENTRENAR HASTA EL FALLO?
“Entrenar hasta el fallo” es un término técnico que alude a la fatiga muscular extrema que se alcanza cuando, durante un ejercicio, el cuerpo ya no puede completar una repetición adicional sin comprometer la postura y la técnica. En otras palabras, se llega al límite físico de los músculos, un punto donde ya no es posible realizar más esfuerzo de manera controlada. Los técnicos en Prácticas Deportivas explican que esta práctica es utilizada principalmente para estimular el crecimiento muscular, ya que fuerza a las fibras musculares a trabajar más allá de su capacidad habitual, activando un mayor número de ellas.
¿POR QUÉ SE HA POPULARIZADO?
El auge de entrenar hasta el fallo puede entenderse desde varias perspectivas, pero uno de los factores claves es la promesa de resultados rápidos y visibles. “Muchos entrenadores lo recomiendan porque tiene un impacto directo sobre la hipertrofia muscular, es decir, el aumento del tamaño de los músculos. La razón es que, al forzar a los músculos a trabajar más allá de su capacidad, se activa una respuesta adaptativa que favorece el crecimiento”, explican desde el ámbito de la Educación Física.
A esto se le suma el principio de la sobrecarga progresiva, fundamental en cualquier programa de entrenamiento de fuerza. Este principio sostiene que, para que los músculos crezcan o se fortalezcan, deben ser sometidos a un esfuerzo mayor al que están acostumbrados. Los expertos aseguran que entrenar hasta el fallo es una manera efectiva de conseguir esa sobrecarga sin necesidad de incrementar el peso de manera inmediata, algo que puede ser difícil de lograr con ciertas rutinas o en determinadas condiciones físicas.
EL IMPACTO EN LA MASA MUSCULAR
El principal beneficio que se le atribuye a este tipo de entrenamiento es su impacto directo en la masa muscular. Los técnicos en Prácticas Deportivas sostienen que este enfoque, cuando se hace de manera controlada y ocasional, permite una activación más profunda de las fibras musculares, especialmente las de tipo II, las cuales están directamente relacionadas con el crecimiento muscular. “El entrenamiento hasta el fallo tiene un efecto acumulativo en los músculos, obligándolos a adaptarse y crecer”, afirman.
¿PARA TODOS O SOLO PARA EXPERTOS?
A pesar de sus posibles beneficios, entrenar hasta el fallo no es una técnica para todo el mundo. “Aunque es un método válido, debe ser usado con precaución y preferentemente por personas que ya tengan experiencia en el entrenamiento de fuerza”, advierte un Licenciado en Educación Física. De hecho, se recomienda evitar esta práctica para los principiantes, quienes aún están construyendo una base sólida de fuerza y control corporal.
Los profesores de Educación Física coinciden en que el entrenamiento hasta el fallo no debe ser el núcleo de una rutina diaria, sino una herramienta puntual dentro de una estrategia de entrenamiento más amplia. “El fallo muscular no debería ser algo frecuente, ya que puede inducir a un mayor tiempo de recuperación y sobrecargar tanto el sistema nervioso como los músculos”, comentan.
LOS RIESGOS DE LA FATIGA EXTREMA
No todo es positivo al entrenar hasta el fallo. A pesar de sus beneficios, esta técnica puede ser riesgosa si no se usa con responsabilidad. Entre los peligros más comunes están el aumento del riesgo de lesiones, especialmente si no se realiza una técnica adecuada o si el volumen de entrenamiento es excesivo. “Es crucial mantener siempre la forma correcta. Forzar un músculo más allá de sus límites sin control puede provocar desde esguinces hasta desgarros”, explica un profesor de Educación Física con amplia experiencia en la formación de atletas.
Además, entrenar hasta el fallo constantemente puede llevar a un agotamiento excesivo, lo que puede derivar en el temido sobreentrenamiento. “El cuerpo necesita tiempo para adaptarse a los estímulos, y el descanso es tan importante como el entrenamiento mismo. Si no se respeta este equilibrio, el rendimiento se ve comprometido”, afirman los expertos.
¿CUÁNDO ES ADECUADO ENTRENAR HASTA EL FALLO?
El uso de esta técnica depende de los objetivos personales de cada individuo. Para quienes buscan aumentar masa muscular, entrenar hasta el fallo puede ser útil en determinados ejercicios de aislamiento, como las flexiones de brazo o las elevaciones laterales. “Sin embargo, no es necesario hacerlo en todas las series de todos los entrenamientos. Puede ser un recurso en momentos de estancamiento, cuando el cuerpo necesita un desafío mayor”, indican los técnicos.
En cambio, para quienes entrenan con el fin de mejorar la resistencia o la técnica, el fallo no es una prioridad. “Para trabajos de resistencia, lo importante es mantener una carga constante y controlada, sin llegar al agotamiento extremo”, agregan los especialistas.
Consta de hacer repeticiones hasta sentir la fatiga / Pexels
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