El momento adecuado para tener una charla profunda
Edición Impresa | 4 de Mayo de 2025 | 05:59

Las conversaciones en pareja, esas que profundizan en los sentimientos, preocupaciones y expectativas, son esenciales para mantener una relación sana. Sin embargo, no todos los momentos son iguales cuando de comunicación se trata. ¿Es mejor hablar de temas delicados por la mañana, en la comida, a la noche antes de dormir o en esos instantes tranquilos de la tarde? Los especialistas coinciden en que el contexto y el momento del día juegan un papel clave en cómo se desarrollará una charla profunda y, sobre todo, en cómo se recibirá el mensaje.
LA MAÑANA: EMPEZAR EL DÍA CON CALMA Y POSITIVISMO
Los psicólogos destacan que la mañana no es el momento ideal para tocar temas conflictivos o complejos. “El cerebro aún está en un proceso de adaptación al día, por lo que las conversaciones difíciles deberían evitarse a primera hora”, advierten. En el desayuno, el ambiente debe ser ligero, y las interacciones, si bien significativas, deben estar orientadas a fortalecer el vínculo y generar un inicio de jornada armónico. “Las conversaciones por la mañana deben centrarse en aspectos positivos, como el apoyo mutuo para afrontar el día”, comentan los terapeutas.
En este sentido, los expertos sugieren que la mañana es ideal para intercambiar palabras de aliento, expresar planes y metas para el día o simplemente disfrutar del momento. “Es un buen momento para mostrar cariño, sin tensiones, y compartir los pequeños detalles que a veces se dan por sentados”, comentan los sociólogos.
EL MEDIODÍA: APROVECHAR LA PAUSA PARA CONVERSACIONES MÁS PROFUNDAS
El almuerzo, por su parte, es el momento del día donde el ritmo suele ser más pausado, y tanto la energía como la concentración están en un punto medio. Los coach ontológicos aseguran que es una buena oportunidad para abordar temas más serios, pero sin perder de vista el tono. “El mediodía puede ser un buen momento para hablar sobre cómo se están sintiendo ambos en la relación, siempre con empatía”, comentan. Sin embargo, insisten en que las críticas duras o las discusiones emocionales deben evitarse, ya que pueden interferir con la energía positiva que debería mantenerse durante este tiempo.
Los especialistas sugieren que se hable de aspectos prácticos o de cómo se van a organizar las actividades del resto del día. “Es momento de establecer acuerdos, pero también de compartir logros o pequeñas frustraciones”, agregan.
LA TARDE: ESPACIO PARA CONECTAR EMOCIONALMENTE
A medida que el día avanza, la tarde se convierte en un espacio propicio para reconectar emocionalmente. Según los psicólogos, “la tarde es un momento ideal para tener conversaciones que refuercen la conexión emocional entre la pareja”. Los temas de trabajo, familia o amigos son apropiados, pero también es un buen momento para hablar sobre sentimientos más profundos que quizás no se pudieron expresar por la mañana. “La clave está en ser receptivos a lo que el otro necesita escuchar, sin apuros ni presiones”, aseguran los terapeutas.
Es común que la tarde esté relacionada con la merienda o actividades más relajadas. Según los sociólogos, estos momentos informales son perfectos para poner en común experiencias, pero siempre con un tono relajado, evitando los temas que puedan generar un conflicto inmediato. “Aquí se pueden tocar temas sensibles, pero con una disposición abierta y sin expectativas de resolver todo al instante”, afirman.
LA NOCHE: EL MOMENTO DE LA REFLEXIÓN Y LA INTIMIDAD
Cuando el día llega a su fin, la noche trae consigo un ambiente más tranquilo, ideal para la reflexión y el cierre de ciclos. “Las conversaciones nocturnas, especialmente antes de dormir, son perfectas para temas más profundos, como las emociones personales o la planificación a largo plazo”, comentan los psicólogos. Este es el momento en el que la pareja puede aprovechar la cercanía emocional para hablar de sueños, expectativas y preocupaciones a futuro.
Sin embargo, los especialistas advierten que “hablar de temas delicados justo antes de dormir puede generar angustia y dificultar el descanso”. Por lo tanto, recomiendan que se eviten discusiones intensas antes de acostarse, reservando estos momentos para el entendimiento mutuo y el apoyo emocional.
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