El fuerte debate interno en Gimnasia es qué decidir sobre el DT

Martín Mendinueta

@firmamendinueta

Gimnasia ganó y varios grupos de hinchas se quedaron después de hora en el estadio para exigir que echen al director técnico. Así está el Lobo.

Alterado, inseguro, sin uniformidad de criterio en el diagnóstico interno y con un equipo que, más allá del agónico triunfo, sigue muy lejos de entusiasmar a su gente, el frente interno albiazul transita horas de tensión.

La comisión directiva padece la última etapa de su gestión envuelta en críticas cada vez más ácidas. Terminada su paupérrima participación en el torneo Apertura, camino a un nuevo examen en la Copa Argentina y en agenda otro crucial lapso de mercado de pases, los hinchas repudian y reclaman con idéntica indignación. El fuerte debate interno (entre los habitantes de la tribuna y adentro del gobierno del club) se basa en qué hacer con este ciclo comandado por un director técnico que muchos ya no quieren volver a ver dando indicaciones al costado de la cancha.

piedrahita, el más punzante de un equipo sin poderío ofensivo

Lo más saliente de la primera etapa fue la bronca expresada por los hinchas triperos, totalmente disconformes con la flojísima campaña. Silbidos, gritos hirientes y cánticos que reclamaban que “se vayan todos, que no quede ni uno solo” pusieron matices nada agradables en una atmósfera que no sorprendió. Se sabía que la gente no iba a dejar pasar la oportunidad de exteriorizar la indignación ante tan pobres desempeño y cosecha de puntos en el torneo.

Insfrán respaldó al técnico Flores con una buena tarea y con sus dichos tras la agónica victoria

Con huecos en tribunas y plateas, y alaridos ofensivos que se escuchaban con nitidez, el Lobo se mostró más o menos como siempre, sin creatividad en tres cuartos de cancha ni “poder de fuego” en el ataque. En esa coyuntura, el colombiano Piedrahita resultó el delantero más peligroso mediante remates que merodearon el gol.

insfrán dejó el arco en cero y Garayalde gestó el desahogo

Cuando el Lobo atacaba, la gente lamentaba la falta de eficacia; y cuando Platense chocaba con la seguridad y los reflejos de Insfrán, detrás del alambrado descargaban la ira insultando para todos lados.

¿Y Flores? Metido en el fragor del trámite, hizo cambios para refrescar la manera de atacar y obtuvo el “premio” que, casi con seguridad, le permitirá estirar su permanencia laboral en la institución.

Encerrado en un laberinto de dudas, especulaciones de tono electoral, fuerte desgaste de gestión y expectativas desmesuradas, el fútbol profesional tripero parece no tener claro hacia dónde debe ir.

Diego Flores no se irá y los dirigentes parece que lo van a dejar. La gente está muy dividida

El lindo gol de cabeza de Nicolás Garayalde primero fue alivio y desahogo con furia, pero segundos después mutó en preguntas no tan sencillas de responder: ¿Es Flores el entrenador indicado para tomar las fuertes decisiones que se avecinan (por ejemplo, la depuración de este plantel descompensado, gastado en sus hombres de mayor experiencia y de bajísima productividad)? ¿Será mejor desvincularlo y salir a buscar un reemplazante que devuelva el optimismo al irritado ánimo popular?

La realidad, con epítetos que todavía retumban en los jardines del estadio, es que el proceso continúa y el “Traductor” resiste los embates del destino.