Una amistad feroz en los márgenes de Nápoles
Edición Impresa | 1 de Junio de 2025 | 03:40

En un barrio pobre del Nápoles de posguerra, donde la violencia cotidiana y las tensiones sociales se mezclan con el aroma del pan recién horneado y el eco de las disputas familiares, dos niñas construyen una amistad que será tan poderosa como destructiva, tan luminosa como opaca. La amiga estupenda, la primera novela de la aclamada tetralogía Dos amigas de Elena Ferrante, se despliega como una anatomía de la relación entre Elena Greco (Lenù) y Raffaella Cerullo (Lila), dos chicas que crecen juntas en un contexto donde las oportunidades son escasas y el futuro parece sellado por el destino del barrio.
Ferrante —una figura enigmática que escribe bajo seudónimo y cuya verdadera identidad sigue siendo materia de especulación— entrega una obra de altísima tensión narrativa sin recurrir a artificios. Su prosa es austera, pero cargada de intensidad emocional. Lo que podría haberse convertido en un típico relato de formación termina siendo un mapa de los vínculos femeninos trazado con una precisión quirúrgica. La novela no se limita a ser un viaje iniciático, sino que se convierte en una radiografía feroz de las formas en que la inteligencia, la belleza, la ambición y el resentimiento se entrelazan en una relación que bordea siempre el abismo.
Elena es la narradora, la que estudia, la que progresa, la que parece seguir las reglas del ascenso social. Pero todo en ella está atravesado por Lila, su polo opuesto: salvaje, brillante, misteriosa, autodidacta. Lila no necesita reconocimiento; es talento crudo, casi insoportable. A través de la mirada de Elena, el lector se adentra en una subjetividad que no oculta los celos, la admiración ni la permanente comparación que define el lazo. La amiga estupenda, entonces, no es una sola: ambas lo son y no lo son al mismo tiempo. El título carga una ironía sutil, una pregunta más que una afirmación.
La novela es también una crónica social del sur de Italia en los años ’50, con su estratificación social marcada, el machismo estructural, la violencia doméstica naturalizada y el peso de las familias como instituciones que lo condicionan todo. El dialecto napolitano aparece como frontera, como estigma y como símbolo. La lengua, en Ferrante, no es solo vehículo de comunicación: es campo de batalla. Elena busca el italiano estándar como vía de emancipación, mientras Lila se mantiene en el margen, desafiando las normas desde adentro.
Lo que distingue a esta novela —y a la saga completa— es la capacidad de Ferrante para mostrar cómo la vida de las mujeres queda atravesada por las elecciones (y no elecciones) que las rodean desde niñas. La escuela, el matrimonio, el trabajo, la maternidad: nada se da en un vacío. Y aunque hay cierta progresión lineal en la historia, lo que atrapa no es el devenir cronológico sino la tensión constante entre ambas protagonistas. La vida de Elena solo puede narrarse con Lila como eje, como espejo, como sombra.
Publicada en 2011, La amiga estupenda dio inicio a una de las series literarias más influyentes del siglo XXI. Traducida a más de cuarenta idiomas, adaptada con éxito por HBO y RAI, y con más de treinta millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, la novela ha convertido a Elena Ferrante en una de las voces más potentes y singulares de la literatura contemporánea. Y sin embargo, más allá del fenómeno editorial y las cifras que impresionan, lo que permanece es la sensación de estar leyendo algo profundamente humano, reconocible, inquietante. Una historia que habla del vínculo más íntimo y complejo de todos: el que se teje entre dos amigas cuando el mundo alrededor parece hecho para romperlas.
Editorial: Lumen
Páginas: 392
Precio: $37.499
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