La crisis láctea se profundiza en Verónica; SanCor mejora

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Lleva casi un mes la paralización de las tres plantas de Lácteos Verónica (las de Clason, Lehmann y Suardi, en Santa Fe, más la distribución), con 700 trabajadores que cesaron tareas por no haber cobrado una parte del sueldo de abril y la totalidad de mayo.

Ante la falta de acuerdo entre la parte patronal y sindical en el Ministerio de Trabajo de Santa Fe, el caso se trasladó a la Secretaría de Trabajo de la Nación, donde se exhortó “a los actores intervinientes en autos a que busquen canales adecuados de diálogo y extremen sus compromisos a los fines de acercar posiciones y superar el conflicto denunciado en el marco de la autonomía colectiva”.

Las autoridades de la empresa tampoco despejaron la incertidumbre en torno de plazos de reactivación, cancelaciones de deudas y un reordenamiento de la situación con los tambos y otros proveedores que le permitan contar con materia prima a los efectos de poner en marcha las líneas de producción. El impacto de la paralización de Verónica, la caída en el proceso de litros de leche, la pausa en la circulación del dinero en las comunidades, son todos aspectos a considerar al momento de poder reactivar la empresa.

En la industria láctea santafesina campean más casos de incertidumbre, debido a que otro gran complejo venía tambaleando por estos días: la cooperativa SanCor, que acaba de firmar acuerdos con las empresas Elcor -para la producción de manteca marca Tonadita, La Delfina y Delpack.

Estrangulamiento financiero

Sancor viene de un estrangulamiento financiero tras otro, que la obligó a redimensionarse y cambiar el perfil, resignando marcas propias en pos de un plan de recuperación productiva. Lo viene llevando a cabo a través de nuevos convenios comerciales que permitirían ampliar la elaboración para terceros y reactivar plantas que hoy se encuentran paralizadas.

Lácteos Verónica, en cambio, permanece paralizada por la deuda salarial, que se suma el reclamo de los tambos remitentes del insumo, con cheques rechazados acumulados por 1.500 millones de pesos, con lo cual se imposibilita la continuidad del suministro. Y agrava la situación la deuda declarada con diferentes entidades financieras, de casi $8.000 millones, registrada en el Banco Central, la cual le corta la posibilidad de acceso a nuevos créditos.

En cambio, Sancor proyecta reiniciar la operatoria de dos de sus plantas actualmente inactivas: la de Devoto, destinada a la elaboración de crema y quesos untables, y la de La Carlota, orientada a quesos duros.

 

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