Dos cargos en danza y una sesión por demás relajada

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Carlos Barolo

Verónica Magario tuvo que desempatar. Al momento se hacerlo, se acordó de la ya célebre votación que protagonizó el vicepresidente Julio Cobos cuando inclinó la balanza para rechazar la resolución 125 que aumentaba las retenciones al campo y era impulsada por el gobierno de Cristina Kirchner. La vicegobernadora torció el empate en 22 votos hacia el lado del peronismo. Y con esa decisión no sólo salió victoriosa del Senado la ley de reelecciones indefinidas para legisladores, concejales y consejeros escolares: como una de las integrantes del Movimiento Derecho al Futuro, terminó de alguna forma involucrando a Axel Kicillof que nunca quiso, aunque avaló, ser impulsor del fin del límite a los mandatos.

La sesión del Senado fue por demás llamativa. El tema en debate era por demás espinoso, de aquellos que tendrían una inevitable repercusión pública. Pero aún así, quienes se opusieron apenas si levantaron la voz con discursos acotados y muy medidos, para manifestar el rechazo a la propuesta impulsada por el kirchnerismo.

Ese clima apenas si fue contrariado por la mediática legisladora Florencia Arietto, la libertaria que se encargó de filmar la sesión con su teléfono ante la decisión de las autoridades de la Cámara de cerrar el palco de prensa. Esa actitud contrastó con el brevísimo discurso de Carlos Curestis, el presidente del bloque de La Libertad Avanza, que en poco más de un minuto anunció que rechazaría el proyecto.

Curestis, horas antes de la sesión, había logrado que se le cediera un espacio de poder en la Cámara: la vicepresidencia sexta que quedó a cargo de Daniela Reich, esposa del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela.

La actitud de los libertarios en el recinto contrastó, en forma llamativa, con el tenor de los comunicados posteriores y las críticas “a la casta”.

No sólo los libertarios se llevaron un premio pese a perder la votación. El PRO consiguió que se le habilitara la designación del senador Juan Rico Zini como integrante del estratégico Consejo de la Magistratura, el organismo encargado de examinar a los aspirantes a jueces y fiscales y de elevar las ternas de postulantes al Ejecutivo.

El bloque amarillo se opuso a la reforma y a la ley que da por tierra con una de las medidas emblema de la gestión que encabezó María Eugenia Vidal. Pero lejos de romper puentes con el peronismo, enarboló un discurso de rechazo breve, medido y bien alejado de la polémica.

 

Verónica Magario

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