El drama de la isla evacuada, que será tragada por el mar

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Ya no se escucha la risa de los niños correteando por las callejuelas de Gardí Sugdub. Todo cambió desde que hace un año casi todos sus habitantes indígenas huyeron de esa pequeña isla del Caribe panameño que será tragada por el mar.

La calma contrasta con la agitación de esos días de junio en que unos 1.200 gunas fueron llevados en botes hacia una nueva vida en tierra firme, una de las primeras migraciones planificadas de América Latina por el cambio climático.

Delfino Davies, quien tiene en la isla un pequeño museo con lanzas, tinajas y huesos de animales, cuenta que detrás del éxodo llegó “la tristeza”: “Ya no estaban los amigos, los niños jugando, todo quedó tranquilito como isla muerta”.

De la escuela ahora solo quedan pupitres polvorientos y aulas vacías. Y muchas de las casas, de madera y caña, están con candados.

Antes hacinada en sus 400 metros de largo y 150 metros de ancho, Gardí Sugdub es una de las 49 islas pobladas de las 365 que forman el paradisíaco archipiélago Guna Yala -también conocido como San Blas-, cuya desaparición, según estudios científicos, ocurrirá antes del fin de siglo.

Según Steven Paton, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), el mar subirá unos 80 centímetros con temperaturas atmosféricas, proyectadas para fin de siglo, de 2,7 grados Celsius por encima de niveles previos a la era industrial.

“La mayoría de las islas de Guna Yala están a unos 50 cm sobre el nivel del mar. Simplemente no van a aguantar. Quedarán bajo agua”, explicó este experto en monitoreo del clima.

“Sacar a la gente de una isla para ponerla en otro lugar muestra la realidad que ya afrontamos en el planeta”, declaró la directora general de la COP30, Ana Toni.

 

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