Valijas, neblinas y milagros
Edición Impresa | 13 de Julio de 2025 | 04:10

Alejandro Castañeda
afcastab@gmail.com
La neblina no nos dejó ver, aunque siempre cuesta poder distinguir aquí entre lo que nos dicen y lo que sucede. El intercambio fantasioso llega de todos lados. Los que ayer perdieron rumbo y dejaron el país penando, ahora son los que tienen la receta para zafar, pero con la medicación de siempre. Y hay nuevos salvadores en escena. La neblina, por eso, bajó compasiva para poder desfigurar una actualidad que sin maquillaje a veces asusta. Mientras un avión que vino desde Miami se les traspapelaba a los celosos guardianes del Aeroparque porteño, el presidente Milei resolvía faltar al acto por el Día de la Independencia, en Tucumán, porque la neblina no le dejaba ver los gobernadores ausentes.
Vuelos dudosos- Las mujeres tienen una especial relación con la marroquinería. Saben ordenar y guardar. En agosto de 2007 una supervisora del Aeroparque descubrió que el pasajero Antonini Wilson traía 800 mil dólares sin declarar. Y ahora llegó desde Miami una pasajera presentable y sospechosa en un avión escondido. Viajó solita junto a varios bultos que no fueron controlados por la aduana. Aquella valija dolorizada del 2007, había arribado un bimestre antes de las elecciones. Y el avión de ahora, con poco viajero y mucho equipaje, aterrizó sigiloso a pocos meses de las elecciones. Una coincidencia. Quizá sólo traen augurios inocentes para aduaneros galantes. Se supo que fueron varias las valijas las que cruzaron orondas disfrutando de la vista gorda de un personal desconfiado por naturaleza. La pasajera se desplazó tranquila, sin ser molestada por un servicio de revisores que habría renunciado a controlar cuando llegó el llamado de un funcionario superior que exigía darle una bienvenida cordial a esa visitante solitaria.
No sólo las fronteras con países vecinos son filtradas fácilmente, también está visto que hay vuelos por lo menos protegidos o no revisados que sortean sin inconvenientes los cancerberos aduaneros. Lo de Antonini ha hecho escuela y todo invita a recordar aquel viejo aforismo: “piensa mal y acertarás”. ¿Se acuerden de lo que pasó en agosto del 2022 con el misterioso avión venezolano-iraní retenido en Ezeiza? El titular de la AFI de entonces dijo, sin ponerse colorado, que los cinco iraníes eran instructores y que le estaban enseñando a volar a los catorce venezolanos. Y colorín, colorado…
La aduana, tan mal pensada a veces, se enternece a cuando llegan esos visitantes esperados a los que se les ofrece recepciones amigables para que su cometido, de llevar y traer lo que quieran, no sufra revisiones antipáticas. En este avión que aterrizó en febrero bien calladito, quedaron guardadas bajo llave dos valijas que días después siguieron viaje a París sin ser revisadas. ¿Que traía la viajera solitaria? Con esto de la importación de vestimenta más de una vendedora forastera es capaz de inspirarse en La Saladita y bajar con camperas modernas a precio antiguos, aunque muchos creen que todos estos aviones colados que juegan a las escondidas, transportan “souvenires” que nunca pasan de moda. Nadie molestó a la pasajera ni siquiera con preguntas. Es cierto que cada tanto la aduana debe descubrir algún avión tramposo para que los vigiladores puedan recuperar algo de credibilidad. Tenía razón Ricardo Piglia: “el poder también se sostiene en ficción: el Estado es una máquina de hacer creer”.
La neblina al menos no impidió el pomposo festejo en el Chaco de un templo evangélico para 15 mil personas que en la inauguración estrenó un milagro: su pastor Jorge Ledesma contó que dejó 100 mil pesos en una caja de seguridad y que cuando fue a buscarlos se encontró con 100 mil dólares. Evidentemente era una caja de seguridad de los tiempos del uno a uno que había escuchado la plegaria de Caputo pidiendo que aparezcan los dólares del colchón. Esa celebración tuvo como invitado especial y orador al presidente Milei, quien, poniendo tras una espesa neblina a dioses, rituales y adoraciones de los evangélicos, se encargó de apelar a la biblia del superávit fiscal para adoctrinar a los fieles seguidores de una iglesia que ha venido creciendo mucho y que, según parece, no sólo te cambia la vida sino también los billetes.
Milei faltó al acto porque la neblina no le dejaba ver los gobernadores ausentes
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