Bancos al límite: ¿qué revela la venta de dólares propios y la escasez de pesos?
| 24 de Julio de 2025 | 07:48

En una situación poco usual, varias entidades bancarias argentinas tuvieron que salir a vender dólares propios para cumplir con sus obligaciones en pesos. El motivo: una escasez repentina de liquidez en moneda local, aunque no tanto por falta de dinero, sino por un exceso de adhesión a la licitación de Letras del Tesoro
¿Cómo se llegó a este desperfecto? Por un lado, debido a un sobreactivo a la licitación, los bancos compraron en cantidades extraordinarias LECAP y BONCAP, pero luego tuvieron que hacer frente a su liquidación antes de recibir fondos, lo que los dejó sin pesos disponibles. También por la falta de contrapartes inmediatas ya que sin los fondos del Tesoro ni respaldo del BCRA inyectados de forma proactiva, quedó un doble desequilibrio: muchas letras en balance, pero pocos pesos para saldarlas inmediatamente.
Además, el efecto dominó de liquidez que provocó la urgencia, hizo que las entidades optaran por prestarse entre sí a tasas exorbitantes (hasta 50 % anual), lo que significó una modalidad extrema de financiamiento interbancario.
Venta de dólares, ¿menor presión al dólar y mayor liquidez?
Para conseguir pesos rápidamente, los bancos liquidaron parte de sus reservas propias en divisas, lo que alivió momentáneamente la demanda de dólares en otros segmentos: el dólar mayorista cayó unos $18,50 y cerró alrededor de $1.256,50; el MEP retrocedió 1,6 % a $1.260,71 y el CCL cayó 2,5 % a $1.257,90; incluso el dólar “blue” se redujo $10 hasta $1.310.
Lo cierto es que ese incidente en los bancos tuvo efectos tangibles en los precios de la divisa, brindando un respiro al Gobierno en medio de las tensiones cambiarias. Aunque por otro lado la escasez de pesos disparó las tasas cortas, con cauciones diarias que rozaron el 50 % anual.
Sin embargo, la venta de dólares fortaleció la posición internacional del Estado: el Tesoro compró USD 300 millones, y el Gobierno logró otros USD 400 millones para engrosar reservas de libre disponibilidad exigidas por el FMI.
Las contradicciones del modelo económico
Este episodio revela tensiones profundas en el enfoque económico actual. Con el estilo libertario, el Gobierno promueve libre mercado, alta flotación cambiaria y tasas altas para absorber pesos. También una dependencia del Tesoro/BCRA ya que en momentos críticos, los bancos se quedan sin fondos pese a teoría de libertad operativa.
Otro punto clave es la volatilidad de tasas y dólar. A mayor tasa, menor presión sobre el dólar, y el comportamiento errático genera riesgo de contagio.
En ese sentido, un informe del diario El País de España señala que el Gobierno se vio obligado a intervenir con emisión de deuda para “consolidar la desinflación”, aunque a costa de erosionar su discurso de libre mercado.
Lo que viene en la economía argentina
Para pode analizar lo que se viene es preciso entender cómo funciona el modelo libertario. Por caso, se le apunta a tener bajo control a la liquidez y en este punto es clave que el BCRA y el Tesoro coordinen mejor la absorción de pesos para evitar rupturas en el sistema interbancario.
Por otro lado, tasas extremas pueden reconciliar temporalmente el dólar, pero cargan sobre actividad, inversiones y consumo. En tanto que la resiliencia del sistema dolarizado es otro punto clave: los bancos demostraron que recurren a reservas propias, lo que implica cierta fortaleza pero también riesgo de ajustar posiciones.
Lo cierto es que la repentina escasez de pesos y la consiguiente venta de dólares por parte de los bancos mostraron un funcionamiento bancario reactivo ante shocks internos. Fue un episodio aislado, pero el foco está en evitar su normalización.
Este hecho evidencia que, aunque el Gobierno mantiene el discurso de "libre flotación y mercado sin intervenciones", en la práctica requiere herramientas -como intervención en deuda y venta de reservas- para estabilizar el sistema. En resumen, mientras el modelo macro apunta a encarrilar la economía, la micro (bancaria) sigue enfrentando desafíos de funcionalidad y previsibilidad. El equilibrio futuro dependerá de sostener reservas, garantizar liquidez y administrar la tensión entre discurso de mercado y necesidades reales del sistema financiero.
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