Platense y fanático de Estudiantes: la historia de otra de las víctimas del fentanilo mortal en La Plata

En la antesala de la movilización que se realizará mañana por la tarde en las inmediaciones del Hospital Italiano de La Plata, se conoció una nueva víctima del fentanilo en la Ciudad. Salió a la luz el caso de Daniel Sebastián Oviedo, de 44 años, vecino del nosocomio y fanático de Estudiantes, que falleció el pasado 17 de mayo.

Daniel, luego de dos meses y medio de internación en el Hospital Italiano, murió luego de haber recibido dosis de fentanilo contaminado. Primero pasó por la sala, luego terapia, cirugía y hasta le practicaron una traqueotomía. Sin embargo, las dosis del calmante, que abastecía el laboratorio HLB Pharma, contaminadas con dos bacterias letales nunca le permitieron recuperarse. 

Según reveló el diario Clarín, en diálogo con su madre Sandra Altamirano, Daniel vivía en la zona de 53 y 22, a unas ocho cuadras del Hospital Italiano. Hace unos 20 años, luego de un largo viaje con amigos por las playas de México, Daniel regresó a La Plata a raíz de una insuficiencia renal, que se convirtió en un tratamiento y en un proceso de diálisis. 

"Iba tres veces por semana, cuatro horas por sesión. Hasta que tuvo una descompensación y lo enviaron al Italiano para mayor complejidad", reveló su madre Sandra. El pasado 26 de febrero, Daniel arribó al nosocomio y pasó 30 días entubado, con respirador artificial y sorteó hasta una operación, luego de agravarse su cuadro de salud. Tras la intervención quirúrgica, recibió el fentanilo infestado y su cuadro fue irrecuperable, al cabo que dos semanas más tarde perdió la vida.

Hincha fanático de Estudiantes, "Danny" seguía al equipo a cualquier cancha. Su madre, contó: "Mientras tuvo salud fue a todos lados. Viajaba para los partidos de la Libertadores. El último fue a Paraguay. Ya no recuerdo cuando. Pero esa vez llegó y estaba muy dolorido". 

A pesar de ser propietario de un taxi, que manejaba cuando podía, tenía dificultades a la hora de conseguir un trabajo fijo y se la rebuscaba. No obstante, Daniel contaba con un anhelo que era tener su propia casa y, a base de mucho esfuerzo con la ayuda de su familia, pudo construir un departamento en el fondo de la vivienda de sus padres. "Estaba entusiasmado porque sólo le faltaba el techo. Lo iba a colocar después del verano. Nunca pudo ver concretado ese sueño", contó Sandra.