Atraso cambiario no es dólar bajo, es productividad baja

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Jorge Colina

eleconomista.com.ar

Resulta que la media del salario formal del sector privado en la economía es de $1.200.000. Esto, dividido por $1.200, que es lo que vale el dólar, te da que la mediana del salario formal en Argentina es de US$ 1.000.

¿Mucho, poco? Depende a quién le preguntes. Le preguntás a un empresario industrial que exporta o produce para competir con importaciones y te dice que es altísimo. Que así no se puede competir con el mundo. El dólar está atrasado, te va a decir.

Le preguntás a los trabajadores del empresario industrial y te van a decir que es bajísimo. Que no llegan a fin de mes. Los precios en dólares en el supermercado están altísimos. El dólar está atrasado, te van a decir.

El gran acuerdo nacional: el dólar está atrasado.

La grieta: la gente dice que los salarios en dólares son bajos y los empresarios que son altos.

Se potencia la grieta

Si preguntás las soluciones, la grieta se potencia.

Los gremios van a decir que hay que convalidar paritarias por encima de la inflación para recuperar poder de compra. Los empresarios te van a decir que ni se te ocurra porque vas a agravar la falta de competitividad. En todo caso, pegate una devalueta, así sube el dólar y mejoramos la competitividad. Si pasa esto, los gremios te presionan para que las paritarias vayan por arriba del dólar, con lo cual volvemos a los problemas de la falta de competitividad.

En el fondo es la grieta histórica de la Argentina: paritarias versus devaluación.

Los economistas no le llaman grieta. Le llaman “trade-off”. No podés dejar contentos a los dos. Ni a los sindicalistas con paritarias generosas, ni a los empresarios con devaluación, a la vez.

Cerrando la grieta (o el “trade-off”)

Comencemos viendo si el dólar está caro o barato. En 2017 el salario privado registrado era de US$ 1.500 mensual y el PBI por asalariado privado registrado era de US$ 124.000 por año.

En 2025 el salario privado registrado es de US$ 1.000 y el PBI por asalariado privado registrado es de US$ 97.000.

O sea, en 2025, cayó el salario en dólares y la productividad por trabajador respecto a 2017. Por esto es que los dos tienen razón.

El salario en dólares en 2025 es inferior al de 2017 (por eso los laburantes no llegan a fin de mes) y la productividad laboral también es inferior (por eso el empresario no puede competir).

La respuesta es clara: para cerrar la grieta (o el “trade-off”) hay que aumentar la productividad laboral.

Aumentar la productividad

Para aumentar la productividad laboral es fundamental generar un entorno mucho más favorable para producir con eficiencia. Aquí viene lo que tiene que poner cada parte.

Comenzando por el Estado ya que, hablando de entorno, es el responsable del bien común. La agenda es amplia, pero tiene dos elementos esenciales y urgentes:

- a) Mejorar la infraestructura productiva (rutas, hidrovía, puertos, vuelos, regulaciones procompetitivas, comercio exterior) en los tres niveles de gobierno (nación, provincias y municipios).

- b) Mejorar los impuestos estableciendo un súper IVA que absorba Ingresos Brutos provinciales y tasas a las ventas municipales que son las que hoy matan la productividad y después cómo seguimos con una reforma más profunda todavía.

Los actores privados

Siguiendo por los actores privados, que son los empresarios y los trabajadores, la agenda también es amplia pero tiene un tema urgentísimo y vital: liberarse de los viejos convenios colectivos firmados centralizadamente por sindicatos sectoriales y asociaciones de empleadores de dudosa representatividad para pasar a regirse por acuerdo propios a nivel de empresa.

Con estos acuerdos de empresa -fundamentalmente a nivel de las pymes- definir los niveles salariales que la empresa pueda pagar (no los niveles irreales, para las pymes, que ponen las paritarias) y organizar la producción en pos de ser más eficientes incorporando nuevas tecnologías y nuevas técnicas de organizaciones de los trabajadores (no con las tecnologías y las formas de organización de las décadas de 1975 y 1980, que es cuando se firmaron los convenios colectivos todavía vigentes por la vetusta y medieval cláusula de “ultra-actividad”).

Ciertamente que para regirse por acuerdos a nivel de empresa se necesita el aval del Estado (Secretario de Trabajo). Pero esto también es responsabilidad empresaria. Los empresarios tienen que ir a la Secretaría de Trabajo a pedir por la libertad para firmar acuerdos propios a nivel de la empresa, en lugar de estar yendo a pedir que no homologue paritarias centralizadas de dudosa representatividad impagables y seguir respetando convenios colectivos negociados hace 50 años.

No hay atraso cambiario. Lo que hay es bajísima productividad. Por culpa de un Estado que no da infraestructura, pone malos impuestos y no habilita a la descentralización de la negociación colectiva con acuerdos a nivel de la empresa.

Hay culpa también de los empresarios que no piden la libertad de manejar su empresa con acuerdo propios por fuera de los convenios centralizados y ultra-viejos.

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