Un “giro luminoso”: cuando la filosofía recupera la esperanza
Edición Impresa | 6 de Julio de 2025 | 04:45

Después de años señalando con dureza los síntomas de una sociedad enferma —la hiperproductividad, la autoexplotación, el vacío que deja el exceso de positividad, la transparencia llevada al paroxismo—, Byung-Chul Han sorprende con un viraje inusual pero coherente. Su nuevo libro, El espíritu de la esperanza, publicado por la editorial Herder, no abandona su tono reflexivo y crítico, pero esta vez decide enfocar la mirada hacia la posibilidad de reconstrucción. La obra, de poco menos de 150 páginas, propone un cambio de eje: ya no se trata solo de advertir sobre los riesgos del presente, sino de intentar delinear alternativas posibles para un futuro que, a pesar de todo, merezca ser imaginado.
El texto está dividido en tres secciones que invitan a pensar la esperanza desde distintas aristas: como fuerza de acción, como forma de conocimiento y como estilo de vida. La propuesta es, al mismo tiempo, simple y ambiciosa. Lejos del optimismo bobo o el entusiasmo forzado, Han postula que la esperanza es un acto profundamente racional, incluso más necesario que nunca en contextos de crisis prolongada. No se trata de una esperanza mística o ingenua, sino de una pulsión que nace precisamente cuando se reconoce el desastre, cuando ya no hay margen para la ilusión superficial. En ese escenario, la esperanza se convierte en lo que él llama “una forma de libertad”, una herramienta para no ceder al miedo ni a la resignación.
En diálogo con referentes como Gabriel Marcel, Kierkegaard o Arendt, y sin dejar de apoyarse en poetas como Paul Celan o Kafka, Han plantea que la esperanza es lo que nos mantiene vinculados a la vida, aún cuando todo parece perdido. En ese sentido, el ensayo también funciona como una crítica a las formas actuales de la desesperanza: el miedo constante al colapso, la ansiedad por el futuro, la parálisis que generan las predicciones catastróficas. Para Han, ese clima social no es solo resultado de las noticias o las redes, sino una forma de domesticación emocional que impide el pensamiento crítico y bloquea toda imaginación política.
Más allá del contenido filosófico, el libro se distingue por su cuidado formal. Incluye imágenes del artista alemán Anselm Kiefer, lo cual no es menor. Lejos de ser simples ilustraciones, las obras visuales dialogan con el texto, creando un juego entre palabra e imagen que potencia la propuesta del autor. La esperanza, como se sugiere desde el título, es un “espíritu” que puede respirarse también desde el arte. Y eso es quizás lo más novedoso del ensayo: no busca convencer desde la razón pura, sino movilizar desde una experiencia estética e íntima.
Una de las ideas más potentes que se repite en el libro es que la esperanza no es una emoción individual. Al contrario, es una experiencia compartida. En palabras de Han, “la esperanza crea un nosotros”. Esta frase, sencilla pero potente, sintetiza la posibilidad de que, incluso en un mundo fragmentado por algoritmos y discursos de odio, aún sea viable tejer vínculos sociales sostenidos en una utopía común. En ese sentido, la esperanza no es lo opuesto a la crítica, sino su complemento indispensable. Porque quien critica lo que hay, aún cree —aunque no lo diga— en lo que podría haber.
Publicada en septiembre de 2024 en español, El espíritu de la esperanza fue recibida con entusiasmo tanto en Europa como en América Latina. No es habitual que un autor con un tono tan severo se permita abrir la puerta a lo luminoso. Y sin embargo, en este giro, Han no se traiciona. Al contrario: al permitirse explorar otra dimensión de la condición humana, reafirma su compromiso con pensar el presente. Si La sociedad del cansancio nos ofreció un diagnóstico demoledor, este nuevo título nos entrega una receta escueta, casi susurrada, pero firme. Una invitación a seguir buscando sentido, incluso cuando todo lo visible parece disuadirnos de hacerlo.
Editorial: Herder
Páginas: 144
Precio: $25.400
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