Foster Gillett puso los dólares y apagó momentáneamente el incendio en Uruguay

En medio de una de las crisis más profundas de sus 111 años de vida, Rampla Juniors logró esquivar un golpe que hubiera marcado para siempre su historia. El grupo inversor encabezado por el empresario estadounidense Foster Gillett canceló a último momento una parte clave de la deuda del club, lo justo y necesario para evitar un descenso administrativo a la Primera C del fútbol uruguayo, una categoría en la que el “Picapiedra” jamás jugó.

La situación económico-financiera del club, uno de los más tradicionales del vecino país, es caótica. Bajo la gestión de Gillett -iniciada este año-, Rampla profundizó su crisis de forma exponencial, acumulando deudas que pusieron en jaque su continuidad en la Segunda División Profesional. El riesgo era claro: si no se abonaba hasta el viernes pasado, la sanción de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) implicaba la pérdida de la categoría.

Deudas y sanciones

Finalmente, se pagaron alrededor de 90 mil dólares para saldar compromisos inmediatos con la AUF, que había otorgado dos subsidios para cubrir sueldos mínimos de jugadores -no así los complementarios- y para afrontar déficits operativos de partidos. También se abonó un mes de salario a los futbolistas y se prevé completar pagos a funcionarios y staff técnico. Trabajadores afirman que las deudas datan de hace cuatro meses.

La AUF, en virtud del convenio colectivo que mantiene con la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, había intervenido previamente para garantizar que los jugadores cobraran lo básico. En la B, cada club tiene derecho a ocho subsidios por año para cubrir salarios mínimos, una herramienta que ya había sido utilizada por Rampla en varias ocasiones en la temporada. Pero esta vez, la advertencia fue tajante: sin el pago correspondiente, el descenso era automático.

El comunicado oficial

“Rampla Juniors Fútbol Club informa a socios, hinchas y opinión pública que en el día de la fecha se ha efectuado el pago correspondiente a un mes de salario del plantel principal. Este paso reafirma el compromiso del inversor con la institución, sus jugadores y cuerpo técnico, garantizando la continuidad de la competencia oficial. A pesar de las dificultades económicas, Rampla Juniors continúa trabajando con responsabilidad y transparencia para honrar sus compromisos y defender con dignidad nuestros colores”.

 

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