Campanella se metió en la polémica por Homo Argentum
| 19 de Agosto de 2025 | 23:05

El debate en torno a Homo Argentum, la nueva película protagonizada por Guillermo Francella, volvió a ocupar un espacio central en la agenda cultural y mediática. Entre las voces que se sumaron a la polémica estuvo la de Juan José Campanella, director de cine y ganador del Oscar, quien en diálogo con LN+ defendió la producción y salió al cruce de las acusaciones que tildan al film de “apátrida”.
Campanella se mostró categórico al rechazar esas lecturas. “Es una locura decir que Homo Argentum es apátrida”, afirmó, y señaló que el film no hace más que inscribirse en una larga tradición de sátira que la historia del arte arrastra desde la Antigüedad. “La película es una sátira. Es el subgénero más viejo de la comedia, desde Aristófanes, que se reía de los defectos y de la hipocresía. No se burla de las virtudes, eso sería una burla; se ríe de los defectos. Y en este caso se burla de los hipócritas, no de los buenos”, sostuvo.
El director de El secreto de sus ojos remarcó que, lejos de despreciar al país, la película exhibe incluso un sentimiento de cariño profundo hacia lo argentino. “Me da la impresión de que muchos de los que critican la película ni siquiera la vieron. Homo Argentum hasta tiene cosas que demuestran un amor, un afecto casi irracional por la Argentina. Por eso esta discusión está siendo usada para otra cosa, están utilizando a la película y a Guillermo, que tampoco dijo lo que le adjudican, para tirar tiros por elevación”, explicó.
En ese sentido, Campanella hizo un llamado a poner la polémica en perspectiva y a valorar el aporte del cine argentino. “Tendríamos que estar contentos de esta película. Al que no le gusta, que no le guste, y punto. Pero convertir una sátira en un alegato apátrida no tiene ningún sentido”, sentenció.
De este modo, el reconocido realizador se sumó al debate defendiendo no solo a Francella, protagonista central del film, sino también al valor de la sátira como herramienta cultural para señalar defectos sociales. Con su intervención, buscó correr el eje de una discusión que, a su juicio, quedó atrapada más en la arena política que en el terreno artístico.
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