Dos ataques terroristas sacuden a Colombia, con un saldo de 13 muertos
Edición Impresa | 22 de Agosto de 2025 | 02:08

Dos ataques perpetrados de manera paralela ayer en Colombia dejaron al menos 13 muertos, incluidos policías, y decenas de heridos, según las autoridades que los atribuyeron a las disidencias de la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El presidente colombiano Gustavo Petro informó que ocho policías fallecieron y ocho más resultaron heridos como consecuencia del ataque a un helicóptero de la policía colombiana que fue derribado en Antioquia, en el noroeste de Colombia. Aseguró que el aparato tenía como misión llevar personal para la erradicación de cultivos de hoja de coca en la zona rural de Amalfi.
Petro señaló a través de la red social X a las disidencias de las FARC como los presuntos responsables, aunque previamente había señalado al Clan del Golfo, el mayor cártel de drogas activo en el país, asegurando que el helicóptero fue atacado como una represalia a la incautación de cocaína en que pertenecería al grupo. Tanto las disidencias de las FARC -que no se plegaron a un acuerdo de paz con el gobierno en 2016- como el Clan del Golfo tienen presencia en Antioquia.
En paralelo, un camión cargado con explosivos detonó en inmediaciones de la base aérea Marco Fidel Suárez, una escuela militar de aviación de la ciudad de Cali, en el suroeste del país, informó la Fuerza Aeroespacial Colombiana. La Alcaldía de Cali reportó cinco personas fallecidas y 36 heridas, sin especificar si todos son civiles. Petro acusó a las disidencias de la “columna Carlos Patiño” de estar detrás de la explosión en Cali, como una reacción a los operativos militares que se han sostenido por meses en la zona del Cañón del Micay, repleta de sembradíos de hoja de coca. El área sembrada con hoja de coca en Colombia en 2023 alcanzó las 253.000 hectáreas.
La cifra es un récord en el país que es considerado el principal productor de la materia prima de la cocaína, según el último informe disponible de la oficina de la ONU. El gobierno de Petro, primer izquierdista en gobernar Colombia, adelanta acercamientos de paz con el Clan del Golfo y en el marco de su política de “paz total”, buscando su sometimiento a la justicia, con ayuda de la fiscalía, un cambio de beneficios jurídicos. También ha intentado diálogos infructuosos con facciones disidentes de las FARC.
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