El alpiste en la mesa: de comida para aves a “superalimento”

Su perfil proteico y antioxidante, sumado a que no posee gluten, lo han vuelto una opción nutricional cada vez más valorada en el mundo. Y su reciente incorporación al Código Alimentario abre nuevas oportunidades

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Aunque para muchos siga siendo sinónimo de alimento para aves, el alpiste se ha convertido en los últimos años en un “superalimento” usado como base para producir harinas libres de gluten, bebidas vegetales, suplementos proteicos y snacks saludables que se comercializan a nivel mundial.

Este cambio de paradigma, impulsado por el creciente interés en alimentos funcionales, ha llevado a que Argentina -siguiendo los pasos de Estados Unidos y Canadá- lo incorporara recientemente al Código Alimentario, lo que abre nuevas oportunidades para la industria y la salud.

Lo cierto es que la historia del alpiste, un cereal originario de regiones mediterráneas, ha cambiado radicalmente. Su alto contenido en proteínas, fibras y antioxidantes viene despertando el interés de nutricionistas, productores y consumidores, muchos de los cuales lo adoptaron en su dieta por sus beneficios para controlar el azúcar en la sangre y reducir el colesterol.

UN LIDERAZGO PERDIDO

Durante gran parte del siglo pasado y hasta la década del 70 Argentina fue el principal productor de alpiste, llegando a concentrar hasta el 63% del mercado mundial. Desde entonces perdió ese liderazgo y hoy ocupa el tercer puesto, detrás de Canadá y otros competidores emergentes que no sólo impulsaron su cultivo sino que también habilitaron su uso en la industria alimentaria antes que en nuestro país.

Hoy su producción en Argentina, que llega a alcanzar unas 40.000 toneladas al año, está focalizada en la región centro y sureste de la provincia de Buenos Aires, distrito que concentra el 95% de su producción nacional, seguido por La Pampa (que este año alcanzó una cosecha récord), Entre Ríos y Santa Fe.

APTO PARA HUMANOS

Semanas atrás el Gobierno argentino oficializó la incorporación de cinco variedades de alpiste al Código Alimentario Argentino. La medida, que responde a su perfil nutricional, habilita su producción y comercialización para consumo humano con estándares sanitarios regulados, abriendo la puerta a la innovación en alimentos funcionales, harinas alternativas y bebidas vegetales.

Y es que además de brindar seguridad al consumidor, su incorporación al Código Alimentario podría fomentar el desarrollo industrial y la inversión en investigación.

La tendencia mundial hacia alimentos naturales y de alto valor nutricional coloca al alpiste en un lugar estratégico. Su versatilidad lo hace apto para dietas veganas, vegetarianas y sin gluten, mientras que su perfil proteico lo convierte en un aliado para quienes buscan alternativas a los productos lácteos o de origen animal.

Con este marco, el sector agroalimentario argentino puede diversificar su oferta y sumar valor agregado. Al tratarse de un grano con 5% más proteínas que el trigo y sin gluten, el alpiste se posiciona para atender demandas de dietas especiales y exportar alimentos funcionales.

El mercado internacional del alpiste movió en 2024 unos 132 millones de dólares. Sus principales importadores –México, Brasil y Bélgica– absorben el 50% de la demanda. En paralelo, el auge de dietas plant-based y libres de gluten sugiere un potencial de crecimiento sostenido.

 

Hasta la década del 70 Argentina fue por lejos el mayor productor de alpiste a nivel mundial

 

En Argentina, este contexto encuentra al cultivo en una encrucijada: recuperar protagonismo en la producción mundial o permanecer como un cultivo marginal orientado a la exportación y la alimentación de aves. Para expertos del sector, la clave estará en combinar investigación genética, incentivos productivos y una mayor integración con la industria alimentaria.

En suma, su incorporación al Código Alimentario Argentino no solo lo habilita en las góndolas, sino que invita a repensar un cultivo que supo ser símbolo de la capacidad agroproductiva del país.

Sus ventajas nutricionales

1. Ofrece una alta concentración de proteínas vegetales.

2. No contiene gluten, por lo que es apto para celíacos.

3. Posee antioxidantes que ayudan a reducir estrés oxidativos.

4. Aporta minerales esenciales que fortalecen el sistema inmunológico.

5. Contribuye a regular el colesterol y estabilizar el azúcar en sangre.

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