Juego de a tres

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Antonio Yannuzzi

eleconomista-com.ar

La campaña bonaerense tiene, como no sucedía desde 2013, tres actores con presencia territorial que estrenan sus armados y se disputarán tanto las legislaturas locales como las expectativas de cara a octubre.

La irrupción de Somos Buenos Aires, impulsado por la conformación a nivel nacional de Grito Federal, no puede ignorarse frente a su potencial. No es el reversionamiento del espacio moderado estacional: este frente nace con diferencias importantes respecto de las experiencias de Consenso Federal, Vamos con vos o Hacemos.

En primer lugar, a la territorialidad del radicalismo bonaerense se le suma la estructura del progresismo y del peronismo no K, que tiene presencia e historia en el conurbano. Por otro lado, el contexto de polarización se da en un formato nuevo, donde las diferencias ideológicas son extremas, pero las formas tienen cada vez más semejanzas.

En este sentido, por primera vez desde el comienzo de la polarización kirchnerismo-antikirchnerismo, se dan las condiciones para la formación de un clivaje transversal entre extremos y moderación, tanto en las formas como en el contenido.

Con el radicalismo encabezando en la tercera sección y el peronismo no K en la primera, se consolidaría lo que sería un bloque relevante en la legislatura provincial. Aunque probablemente pierdan peso en el conteo nominal de ediles, el flamante espacio de centro contará con el impulso de un primer desempeño satisfactorio y del hecho de acompañar un proceso de construcción de una fuerza nacional de cara a 2027.

Aun cuando los hermanos Passaglia, con buen pronóstico para lograr ganar uno o dos diputados por la segunda sección, van por afuera, son parte de un mismo fenómeno y no afectarían el desempeño total del espacio de centro.

La Libertad Avanza, habiendo absorbido a la estructura del PRO bonaerense, tiene todo para ganar en su disputa por la primera minoría contra el kicillofismo. Siendo una elección donde la territorialidad y el rol de los intendentes serán clave, la estrategia de Karina y Pareja fue, sin dudas, la más acertada. Ganaron 10 intendentes, comprometiendo menos del 30 % de los lugares competitivos de las listas seccionales y sin renunciar al nombre del sello partidario para el nuevo frente provincial.

En la alianza peronista solo tienen en común el reclamo contra el ajuste, la crítica al Poder Judicial y la defensa de la expresidenta. Fuerza Patria tuvo un reparto más equitativo de las listas entre sus formaciones principales: el cristinismo/camporismo, el Movimiento Derecho al Futuro (kicillofismo) y el Frente Renovador (massismo).

Fuerza Patria arranca así su vida política con un aire de coherencia y fundamento que estaba siendo difícil de encontrar para el pan-kirchnerismo, y de esta manera se configura la oferta partidaria mayoritaria de cara a lo que será la mayor prueba electoral antes de las generales de octubre.

Somos Buenos Aires, dentro del proyecto nacional del Grito Federal, le da con su anclaje territorial una posibilidad de posicionar al espacio como una tercera fuerza competitiva. La filial local del Grito Federal tiene la oportunidad de transformar la discusión lineal de la polarización, con un débil centro equidistante, en un escenario más parecido a un triángulo isósceles, con un nuevo vértice alejado de la unidimensionalidad del debate de extremos.

 

 

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