Es platense, hincha de Gimnasia y se hizo famoso por crear "reggaeton, rkt y cumbia cristiana"
| 7 de Agosto de 2025 | 08:30

En una esquina cualquiera de Melchor Romero, un chico soñaba con cambiar su vida. No imaginaba que años más tarde estaría haciendo sonar la palabra de Dios en ritmo de cumbia, reggaetón y hasta RKT para miles de jóvenes que quizás nunca pisaron una iglesia, pero sí escuchan sus canciones en TikTok o YouTube. Lucas Requena, 33 años, de La Plata, hincha de Gimnasia y evangelista digital, convirtió su fe en un beat contagioso que rompe prejuicios y fronteras. Hace eventos, está en fiestas, más allá de viralizarse en redes sociales.
Con más de una década de trayectoria y una comunidad en redes que supera los 100 mil seguidores entre plataformas, Lucas es hoy una referencia ineludible de la música cristiana urbana. Su estilo, lejos del púlpito tradicional, se expande en videoclips donde las letras de amor a Dios conviven con bases de perreo, remixes de cumbia y referencias callejeras que no ocultan sus orígenes.
"Sentía que tenía que hacer algo más. YouTube fue como una barca para mí, una onda expansiva para llegar con la predicación", cuenta con emoción. Esa barca hoy lo llevó hasta los streamings más populares del país, como cuando el 9 de mayo pasado, en el marco de la asunción del nuevo Papa, su música sonó en Olga, el canal de Migue Granado y compañía, sin que nadie lo haya invitado: su arte lo llevó hasta ahí.
Cómo comenzó
“Empecé con videos de humor para evangelizar, pero me comía las críticas”, recuerda Lucas sobre sus primeros pasos. Allá por 2013, con 21 años y una pasión incipiente por la actuación y el periodismo, fundó el grupo “Ibelivecreo”, una suerte de colectivo artístico y misionero que hacía stand up y sketchs para visibilizar el problema de las adicciones y la violencia entre los jóvenes. Fue entonces que una nota en el diario El Día le abrió las primeras puertas. Desde allí, el camino no se detuvo.
Sus hits incluyen versiones cristianas de “Mueve el totó” de El Apache Ness, “Shaky Shaky” de Daddy Yankee o “Si voy al bajo soy yo” de Mc Caco, reversionadas con letras que celebran el amor de Cristo y el poder de la fe. Incluso llevó clásicos de la iglesia como El Señor de Galilea a ritmos de cumbia pop, o transformó "Trucho" de El Noba en un RKT cristiano sin perder el alma del mensaje.
“Tuve mi primer encuentro con el Señor a los 18. En ese momento no estaba bien, y sentí que me sacó de un lugar oscuro”, revela sobre su conversión, que se dio en paralelo a un romance fallido con la hija de un pastor. “Ella se fue a otra iglesia, y yo seguí mi camino con Dios”, dice, como quien acepta los planes del cielo aunque no siempre coincidan con los propios.
Su historia es también la de un chico de barrio que encontró en la fe no sólo un refugio, sino un motor para llegar a otros. Sin solemnidades, sin trajes, sin micrófonos de iglesia: solo con una cámara, un mic y una base de reggaetón. Porque como dice él mismo, "la música urbana también puede ser un puente para que otros se acerquen a Jesús”.
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