Paradoja electoral: el PJ bajó su caudal de votos pero ganó con claridad
Edición Impresa | 11 de Septiembre de 2025 | 04:22

Por GERMÁN LÓPEZ
En política, a veces gana el que pierde y pierde el que suma. Esa es la paradoja que dejaron las elecciones legislativas del domingo en la provincia de Buenos Aires: el peronismo redujo su caudal de votos respecto de 2023, pero terminó imponiéndose con claridad el domingo. La Libertad Avanza, en cambio, consiguió más votos que en 2023, pero se llevó la derrota.
Dos años atrás, la fórmula Kicillof-Magario había revalidado el mando en la Gobernación con casi el 45% de los votos válidos (unos 4,3 millones), mientras que Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza -que compitieron por separado- sumaron en conjunto el 51% (unos 4,9 millones de votos).
La explicación de este aparente contrasentido está en el ausentismo. En 2023, cuando Axel Kicillof fue reelecto, votó el 76% del padrón. Este domingo, apenas lo hizo el 61%: 2,6 millones de bonaerenses menos en las urnas. Esa caída golpeó con más fuerza a los libertarios, cuyo electorado mostró menos predisposición a sostener la participación en unos comicios que, por primera vez, se votaban de manera separada respecto de las presidenciales.
El dato es contundente: Fuerza Patria ganó con 3,8 millones de votos (510 mil menos que en 2023), mientras que LLA alcanzó 2,7 millones, es decir, 356 mil más que el año pasado. Sin embargo, la menor concurrencia convirtió al ausente en el verdadero protagonista de la jornada.
En este contexto, uno de los motores del resultado fueron los aparatos territoriales. Allí donde más se siente la diferencia de recursos y organización -los municipios del Conurbano- el peronismo desplegó todo su poder. No es lo mismo movilizar votantes en La Matanza o Lomas de Zamora que en Tandil o Pergamino. Los barones del Conurbano sabían que se jugaban su futuro y pusieron toda la carne al asador. La incógnita es si mostrarán la misma intensidad dentro de dos meses, cuando el candidato sea Jorge Taiana y la elección se nacionalice inevitablemente.
EL VOTO BRONCA EN EL INTERIOR
Reducir todo al peso de los aparatos sería simplista. Hubo otro fenómeno que sorprendió: el voto castigo en localidades del interior bonaerense, tradicionalmente refractarias al peronismo. En ciudades agropecuarias como Pergamino, Chivilcoy, Junín o Tandil, el oficialismo provincial mejoró su desempeño en comparación con elecciones anteriores.
¿Cómo se explica semejante viraje? En las semanas previas se acumularon los errores del oficialismo al nacionalizar la campaña. A eso se sumaron el escándalo por las supuestas coimas en la ANDIS y la barrabasada del Gordo Dan, insultando de manera injusta e irreproducible al senador Luis Juez. Todo influyó para que ese votante se quedara en su casa o decidiera votar en contra.
En escenario de polarización, el ausente puede definir la suerte de los presentes
No se trató de una conversión ideológica, sino de un mensaje directo al presidente, Javier Milei. “No es un voto al peronismo, es un llamado de atención”, admitió Javier Martínez, intendente de Pergamino, distanciado de la alianza con LLA. El jefe comunal se mostró sorprendido por el resultado en su propia ciudad y en varias de las que enhebran las rutas 7 y 8, corazón de la producción sojera.
LO QUE VIENE
De cara a octubre, el interrogante central es si ese voto bronca se consolidará o si volverá a su cauce natural. ¿Repetirán esos electores su decisión, allanando el camino al regreso del peronismo al poder nacional? ¿O se trató de un sacudón pasajero, propio de la bronca frente a un gobierno que promete orden fiscal pero ofrece recesión y pérdida de ingresos?
La elección bonaerense dejó una enseñanza: en escenarios de polarización extrema, el ausente puede terminar definiendo la suerte de los presentes.
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