¡Viva el amor! Quién es el hombre que le robó el corazón a Jennifer Aniston

Tras relaciones con estrellas de Hollywood súper reconocidas, ahora la actriz de “Friends” bajó la exposición y se enamoró de un especialista en bienestar

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A veces las segundas —o quintas— oportunidades en el amor llegan sin hacer ruido. Otras, aparecen en un yate en Mallorca, con una sonrisa tímida, una mirada cómplice y el sol del Mediterráneo como telón de fondo. Así fue como Jennifer Aniston, la eterna “novia de América”, confirmó lo que muchos ya intuían: hay un nuevo hombre en su vida, y no es un galán de Hollywood, sino un hipnoterapeuta llamado Jim Curtis.

Lo que parecía solo otro verano de descanso para la estrella de “Friends”, se transformó en el inicio de un nuevo capítulo sentimental que está dando de qué hablar en la industria del entretenimiento. La actriz, de 56 años, fue vista el pasado julio en aguas españolas, acompañada de amigos cercanos como Jason Bateman, pero también con un acompañante que hasta entonces era desconocido para la mayoría del público. La cercanía entre Aniston y Curtis no dejó lugar a dudas: gestos de confianza, risas privadas y una química que se percibía incluso desde los lentes de los paparazzi.

Según fuentes cercanas a la actriz, la relación comenzó de forma discreta hace unos meses, a través de amigos en común del mundo del bienestar y la salud mental, un tema que Aniston ha explorado en los últimos años con creciente interés. Curtis, autor y coach de vida con formación en hipnoterapia, llamó la atención de Aniston primero por su trabajo, y más tarde, por su carisma tranquilo y una aparente habilidad para escuchar más que hablar.

“Con Jim hay una conexión distinta. No es fama, no es alfombra roja. Es contención, es paz”, habría dicho una persona del entorno de la actriz a People Magazine, aunque sin ofrecer mayores detalles.

A lo largo del verano, las interacciones en redes sociales entre ambos -“me gusta”, emojis discretos, comentarios cruzados— comenzaron a levantar sospechas. Pero fue recién el pasado 7 de septiembre cuando Aniston decidió dejar que el rumor se convirtiera en certeza. Lo hizo a su manera: sin comunicados oficiales, sin exclusivas pagadas. Publicó un carrusel de imágenes de sus vacaciones en su cuenta de Instagram. Entre paisajes, platos gourmet y atardeceres, se coló una imagen de perfil de Curtis, semioculto, pero lo suficientemente visible como para enviar el mensaje. Sí, él es.

Dos días más tarde, el 9 de septiembre, la pareja dio un paso más hacia la oficialización mediática: Jennifer asistió al estreno de la cuarta temporada de “The Morning Show”, en Nueva York, acompañada de Curtis. Aunque no posaron juntos en la alfombra roja, él fue fotografiado entrando al evento, y más tarde, en una fiesta privada posterior, compartiendo con parte del elenco.

“Está feliz. Y se nota. Es la Jennifer más relajada que hemos visto en años”, comentó una estilista presente en el evento.

QUIÉN ES JIM CURTIS

Curtis no es un actor, ni director, ni empresario del entretenimiento. Su perfil está vinculado al mundo del wellness, con libros publicados sobre sanación emocional, crecimiento personal y meditación. Ha trabajado con empresas de salud mental y desarrollado programas de hipnosis para mejorar la calidad de vida de sus clientes.

Lejos de las cámaras, su perfil público se mantiene bajo. Pero su cercanía con Aniston lo ha colocado, de pronto, en el ojo de la tormenta. Y, sin embargo, según fuentes del entorno, esa exposición no parece afectarle. “Es centrado, tranquilo. No busca fama. De hecho, huye de ella”, dijo un amigo suyo al portal Enstarz.

Por ahora, ni Aniston ni Curtis han hablado públicamente sobre su relación. No hace falta. Sus gestos, presencias compartidas y silencios cuidadosamente elegidos hablan por ellos. A diferencia de romances pasados, esta vez no hay un gran escándalo ni una portada de revista exclusiva. Hay algo que parece más íntimo, más adulto, más real.

Quizás porque, tras años de buscar al amor en los focos, Jennifer Aniston ha decidido encontrarlo en la calma. En la hipnosis, incluso. O en alguien que sabe que el verdadero bienestar no siempre se mide en premios ni titulares, sino en miradas, respeto, y quizás, en una foto casual al borde del mar. Bienvenido el amor para Jen.

 

Jennifer Aniston

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